Posted on 12 marzo, 2011 por

Por Rady Ananda, 10 de marzo de 2011

Avance del documental El ciclo idiota

Dos libros, Semillas de destrucción y Corruptos hasta la médula, junto con la película El ciclo idiota, establecen el marcos y ofrecen las pruebas de un esfuerzo concertado primero para producir la enfermedad y luego tratar de ofrecer el remedio, de modo que en el proceso se obtengan ganancias obscenas. Cuando tenemos en cuenta otras medidas recientemente adoptadas por las empresas transnacionales y por los Gobiernos, se muestran maniobras de tonos siniestros.

Los autores William Engdahl y Shiv Chopra aparecen en la película de Emmanuelle Schick García, El ciclo  idiota: lo que nos se nos dice sobre el cáncer. Ambos escritores presentan pruebas de cómo las Corporaciones en connivencias con los Gobiernos adulteran los alimentos y los suministros de agua con sustancias peligrosas que causan enfermedades. Es el caso del fluoruro, del que un libro revisado por pares ofrece más pruebas. En el libro de David Gumpert,La revolución de la leche cruda, se echa un vistazo al guerra que el Gobierno de los Estados Unidos ha emprendido contra la industria de los productos lácteos naturales
Seis empresas, Dow Chemical, BASF, Bayer, Dupont, Astrazeneca (Syngenta) y Monsanto, aparecen en El ciclo del idiota, que actuando de conformidad con los Gobiernos liberan sustancias químicas cancerígenas para luego las mismas empresas del Complejo Químico vengan a continuación con sus remedios. Es un ciclo que sólo un idiota puede tolerar. La película aún va más lejos, mostrando cómo los alimentos modificados genéticamente tienen efectos potencialmente desastrosos sobre la salud y el medio ambiente.
Para la realización de la película. García y su equipo estuvieron investigando durante más de tres años, y este trabajo previo se nota. La película está llena de hechos inquietantes. ¿ Saben las personas que los productos químicos de síntesis producen más cáncer que otros o que sólo del 10 al 5% de los cánceres son heredados genéticamente? La película afirma que en el año 2002 las 10 principales compañías de medicamentos ganaron más dinero que las restantes 490 empresas de Estados Unidos en su conjunto. Estas empresas ingresaron 1600 millones de dólares al mes en tratamientos contra el cáncer, por lo que ya entendemos por qué se denominan Big Pharma.
Cosas tan importantes como éstas hacen que la película sea una visita obligada. La película adquiere una nueva dimensión cuando se empiezan a establecer conexiones entre los alimentos modificados genéticamente. Es con este enfoque adicional cuando aparecen los rasgos más siniestros de toda esta Industria.
En las entrevistas que aparecen en El ciclo del idiota están las de los conocidos Arpad Pustazi, Gilles-Eric Serralini y Shiv Chopra, dos de los cuales perdieron su empleo y sufrieron campañas de desprestigio en su reputación profesional. En la cuestión de los transgénicos ser crítico con ellos y transmitir el mensaje de que son peligrosos para la salud humana y para el medio ambiente, puede costar a cualquiera su carrera.
Silenciando las investigaciones de los científicos independientes
1.- Arpad Pusztai
Arpad Pusztai es quizás el científico más famoso que aparece en la película. Su primera denuncia sobre los riesgos de los cultivos transgénicos viene ya del año 1998, lo que le trajo perder su puesto en el Rowett Research Institute de Escocia. Después de estudiar durante 35 años en el campo de la Biotecnología, Pustazi aparecía como unos de los más importantes expertos en este campo tan especializado. En 1995, recibió 1,5 millones de dólares por parte del Gobierno del reino Unido para que realizase un estudio sobre la metodología de ensayo en la evaluación de los cultivos modificados genéticamente.
Fue el primer estudio mundial independiente sobre la inocuidad de los alimentos modificados genéticamente, de acuerdo con Engdahl. Entrevistó a Pusztai en el año 2007 para su libroSemillas de destrucción: la agenda oculta de la manipulación genética. Engdahl señala que Pusztai “estaba completamente seguro de que el estudio confirmaría la seguridad de los alimentos modificados genéticamente”. Su equipo empleó patatas modificadas genéticamente por Monsanto para producir un insecticida. Engdahl dice:
“ Las ratas alimentadas durante más de 110 días con una dieta a base de patatas modificadas genéticamente produjeron cambios en su desarrollo. Tenían un tamaño y peso significativamente menor que las ratas del grupo de control alimentadas con patatas no modificadas. Pero lo más alarmante, sin embargo, fue que las ratas alimentadas con las patatas transgénicas mostraban un hígado y un corazón notablemente más pequeños, y un sistema inmunológico más débil. Y también el hallazgo en las pruebas de laboratorio realizados por Pusztai de que el cerebro también era más pequeño en comparación con las ratas alimentadas con patatas no OGM”.
Artículo publicado en Lancet:
Cuando informó del hallazgo en la televisión nacional, excluyendo la información relativa al menor tamaño del cerebro para no inducir al pánico, añadió que no volvería a comer alimentos modificados genéticamente. Durante dos días el Instituto lo apoyó y aplaudió, diciendo incluso en un comunicado de prensa que estos resultados están basados en una “serie de estudios cuidadosamente controlados”.
Pero luego vino la tormenta. El presidente Bill Clinton se puso en contacto con el Primer Ministro Británico Tony Blair, que llamó al jefe de Pusztai en el Instituto. A los dos día fue despedido, junto a su esposa, otra investigadora respetada en Rowett. Comenzó así una campaña en los medios de comunicación para desacreditar tanto a su persona como su investigación, como reveló el periodista británico Andrew Rowell. Se les impidió defenderse bajo la amenaza de que perderían sus pensiones.
En El ciclo del idiota, Pusztai califica de criminales a los que han extendido los cultivos transgénicos en el mundo sin completar los estudios de seguridad, especialmente cuando los estudios preliminares muestran posibles graves daños para la salud.
2.-Eric-Gilles Seralini
El siguiente científico famoso en aparecer en el debate sobre los transgénicos es Eric-Gilles Seralini, cuyo innovador estudio ya tratamos aquí (http://noticiasdeabajo.wordpress.com/2011/01/30/gilles-e-seralini-la-ciencia-independiente-triunfo-sobre-la-industria-de-los-transgenicos/) (http://iniciativaciudadanaii.blogspot.com/2010/06/ataques-g-e-seralini-por-su-estudio-de.html) Seralini también ha sido vilipendiado por la comunidad Biotecnológica. En El ciclo del idiota, se describe la batalla que tuvo que llevar a cabo para dar a conocer los resultados de los análisis de sangre de las ratas que habían sido alimentadas con maíz transgénico de Monsanto durante tres meses. Una vez que la información se hizo pública, los científicos independientes podían revisar la seguridad que dice Monsanto tienen.
Normalmente, dos años de pruebas es el “patrón oro” en la comunidad científica. Seralini calificó de absurdo que sólo en tres meses de pruebas se permitiese la aprobación del maíz transgénico en una docena de países. Cualquier científico estaría de acuerdo en esto. Al revisar los datos en bruto que obtuvo Monsanto, él y su equipo encontraron problemas: daños en el hígado y cambios fisiológicos que indicaban condiciones pre-diabéticas ente las ranas alimentadas con el maíz transgénico de Monsanto. Y sólo consumieron este maíz durante un período de tres meses.
La tasa de diabetes en los Estados Unidos casi se ha duplicado desde que los alimentos modificados genéticamente fueron comercializados en secreto en en año 1996. Hoy 26 millones de personas lo tienen y otros 79 millones presentan condiciones pre-diabéticas, según las recientes estimaciones del mes de enero de 2011. Estas cifras incluyen las personas a las que se les ha diagnosticado la enfermedad, pero es mucho mayor el número de personas que siendo diabéticas todavía están sin diagnóstico. Si miramos sólo los diagnosticados de diabetes en las últimas tres décadas (que es menor que el número real de los que padecen diabetes) vemos que se ha triplicado desde 1980.
Muchos creen que la expansión del maíz y la remolacha transgénica, utilizado como edulcorante en los alimentos procesados [tales como el jarabe de maíz con alto contenido en fructosa. N. Del T.: presente en muchos “refrescos”, como la Coca-Cola, Pepsi y Sprite(http://iniciativaciudadanaii.blogspot.com/2010/10/jarabe-de-maiz-mas-fructosa-de-lo-que.html), aunque eso no quiere decir que necesariamente procedan de cultivos transgénicos] son los responsables en buena medida de este aumento en la diabetes. Actos, de Takeda Pharmaceutical y Avandia, de GlaxoSmithKline, para el tratamiento de la diabetes tipo II, parece ser que aumentan el riesgo de insuficiencia cardíaca.
3.-Shiv Chopra
Shiv Chopra denunció a los Servicio de Salud de Canadá en su libro Corruptos hasta la médula: memoria de las denuncias sobre salud en Canadáen el que explica los objetivos de las Empresas Químicas y sus protectores gubernamentales. A partir de los años 50-60, se dice en la película, los productos químicos empezaron a jugar un papel muy importante en la agricultura. “Por un lado contaminan los alimentos de las personas y les hacen daño. Luego se inventan otros productos químicos para tratarlos de las dolencias producidas por aquellos”.
Chopra fue despedido finalmente de los Servicios de Salud de Canadá, junto con otros dos, por “insubordinación”, ya que se negaron a autorizar el uso prolongado de antibióticos y hormonas transgénicas en animales destinados a la alimentación, teniendo en cuenta que no había una seguridad en su utilización. En concreto, se negó rotundamente a autorizar rBST, una hormona de crecimiento bovino modificada genéticamente, creada por Monsanto y Eli Lillypara estimular la producción de leche en las vacas lecheras. Los estudios demuestran que un alto porcentaje de las vacas desarrollaban cojera y mastitis tras el suministro de la hormona transgénica.
En Corruptos hasta la médula, nos enteramos que en uno de los procesos que sufren los alimentos puede producirse una infección por los residuos de los mataderos, la EEB, a través de la leche y la carne de los animales. La EEB es conocida popularmente como la enfermedad de las vacas locas, que produce en los humanos la enfermedad mortal de Creutzfeldt-Jakob (ECJ). Chopra ha hecho una contribución significativa a la salud humana cuando habla de los cinco pilares de la Seguridad Alimentaria:
“La fuente de enfermedades transmitidas por los alimentos durante los últimos 50 años viene de la aplicación indiscriminada de las siguientes cinco sustancias que se utilizan en la producción de alimentos: las hormonas, antibióticos, residuos de matadero, organismos modificados genéticamente y los pesticidas”.
En el libro y en El ciclo del idiota se dice que se está violando la Ley de Alimentación y Medicamentos de los Estados Unidos y Canadá en el uso de estas sustancias. Debido a que las tres primeras están prohibidas en la UE, Estados Unidos y Canadá no pueden enviar carne a la UE. Este problema,no obstante, se sigue debatiendo en el seno de la Organización Mundial del Comercio.
4.- Andrés Carrasco
Aunque no aparece en la película, otro científico mundialmente reconocido en el campo de la Biotecnología es Andrés Carrasco. Él y su equipo trabajaron en Argentina y Paraguay, encontrado que Roundup de Monsanto produce defectos de nacimiento en las ranas y pollos. (http://noticiasdeabajo.wordpress.com/2011/02/26/el-glifosato-produce-defectos-congenitos/)
Los hallazgos en el laboratorio son compatibles con las malformaciones observadas en los seres humanos expuestos al glifosato durante el embarazo”, dijo a GMWatch.
En el año 2009 fue amenazado en su laboratorio, y en el año 2010 fue agredido por la policía local y por los matones de un rico cultivador de arroz transgénico.
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