Las enfermedades crónicas son las que provocan más muertes en América Latina y complican el desarrollo de diversas naciones, según un reciente informe publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS). A veces la causa de estos trastornos está más cerca de lo que muchos creen: en los grifos de los hogares.
Uno de los países más afectados por la contaminación del agua potable es Argentina, donde los ciudadanos están en alto riesgo de contaminación por arsénico. Su nombre evoca a venenos y pócimas medievales, pero el arsénico es un elemento químico natural que está muy cerca de todos, en el aire y en la tierra, y que cuando se acumula en el organismo en concentraciones muy altas resulta altamente tóxico y potencialmente mortal.
Analía Canusso es una enferma de hidroarsenicismo, un mal asociado al consumo de agua contaminada con sales de arsénico. "En el año 2005 yo empiezo con problemas de huesos, problemas musculares, pérdida de peso, pérdida de cabello", confiesa la mujer. Analía cuenta que su marido investigó por internet para ver si los síntomas que ella tenía podían tener alguna relación con el arsénico. "Hicimos analizar hasta el agua que consumimos, donde da siete veces más de lo que permite la Organización Mundial de la Salud".
La localidad de Nueve de Julio en la provincia de Buenos Aires, donde vive Analía, tiene efectivamente altos índices de arsénico en el agua, al igual que otras regiones del país. Según la Organizacion Mundial de la Salud, la Argentina es el segundo país del mundo, después de Bangladesh, en cantidad de habitantes expuestos al contacto con altas dosis de este elemento químico. Y en toda América Latina se estima que por lo menos cuatro millones de personas están en riesgo de contaminación.
El arsénico está principalmente en el líquido vital. Por este motivo Analía consume ahora solo agua envasada en bidones. Pero la enfermedad sigue su curso. "Te trae muchos trastornos. Es una enfermedad silenciosa. Te va destruyendo muy de a poquito. Estoy con licencia en el trabajo porque tengo incontinencia. Me siento molesta, muy mal en el lugar donde estoy. Tengo mucho ardor por momentos, mucho dolor".
Una de las principales características de esta enfermedad es que no tiene síntomas claros y los médicos suelen tratar al paciente por otras dolencias, ignorando que la raíz del problema está en el agua que sale del grifo de las casas.
Juan Gabriel Kersich, médico de la ONG Todos por el agua, comenta: "Al ser una enfermedad crónica, hay muchas personas que tienen niveles altos de arsénico en orina y que no tienen ninguna manifestación. Encima las manifestaciones que da son muy inespecíficas". Según el especialista, entre las manifestaciones más típicas de la enfermedad figuran las dermatológicas, así como las gastrointestinales porque el 80% de la absorción del arsénico es por boca. "Lo que más se ve es cáncer de piel, de vejiga y de pulmón", comenta el experto.
Solo en las últimas décadas las autoridades sanitarias comenzaron a tomar conocimiento de la presencia de altos niveles de arsénico en el agua potable de algunas regiones. Para eliminarlo se necesita un sistema de filtrado específico que normalmente no utilizan las plantas potabilizadoras ya que su costo es muy elevado.
Como explica Leda Giannuzzi, docente de Toxicología de la Universidad Nacional de La Plata (Buenos Aires), uno de los métodos más efectivos para eliminar el arsénico del agua se llama ósmosis inversa. El método requiere una planta de tratamiento especialmente diseñada para este fin, y es caro porque se emplean unos filtros determinados y se necesita el mantenimiento de este sistema especial.
Pero la cantidad de plantas que tienen este sistema de filtrado es aún muy pequeña en relación con la población en riesgo. Por eso la recomendación de las autoridades en esas zonas es no beber directamente el agua de los grifos. Los especialistas tienen la esperanza de que el progreso tecnológico permita abaratar los costos de construcción y mantenimiento de las plantas depuradoras de arsénico.
Mientras tanto, la única alternativa para la población en riesgo es, primero, verificar la cantidad de este elemento en el agua que consume, y luego tomar conciencia de que el arsénico puede ser un enemigo silencioso frente al que hay que protegerse.
01 septiembre 2011
INTI quita el arsénico del agua en colegios chaqueños
El Instituto Nacional de Tecnología Industrial (INTI) instaló dispositivos para el abatir el arsénico en el agua que se utiliza en más de 20 escuelas rurales del Impenetrable chaqueño. Se trata de dispositivos desarrollados por el Centro INTI-Química que funcionan sin necesidad de energía eléctrica.
El trabajo se comenzó a gestionar cuando padrinos de dos escuelas rurales de la zona del Impenetrable solicitaron asistencia al INTI, acercando muestras de agua de pozo extraídas de dichas escuelas. Los resultados arrojados por los análisis indicaron la presencia de arsénico de 500 partes por billón (ppb), cuando el límite fijado por el Código Alimentario Argentino es de 10 ppb.
En dichas cantidades este compuesto es altamente perjudicial para la salud de los habitantes, pudiendo generar enfermedades crónicas tales como el HACRE (Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico), que comprende lesiones cutáneas, hinchazón de los brazos y piernas y pérdida de sensibilidad, lo cual puede derivar en patologías cancerígenas.
De cara a esta necesidad se instalaron dos dispositivos en el mes de abril para potabilizar el agua obtenida de las napas subterráneas.
La iniciativa se terminó de completar durante el último mes, cuando especialistas del Centro de Química y de Diseño Industrial montaron el sistema en 23 escuelas más y supervisaron las dos primeras para verificar su óptimo funcionamiento.
El dispositivo fue desarrollado para resolver el problema de manera sencilla y sin necesidad de energía eléctrica; en muchos casos, en las zonas rurales del nordeste, la electricidad se genera a partir de paneles solares para consumo reducido.
En el Impenetrable, los principales contaminantes del agua de pozo son: arsénico, flúor y microbiológicos. Para lograr su remoción, los equipos instalados funcionan a través de un proceso de coagulación y filtración que permite el abatimiento de dichos compuestos.
Con este fin se emplean coagulantes que se agregan al agua. Una vez capturados los contaminantes, sedimentan y el sobrenadante se filtra a través de un manto de arena. El mantenimiento del sistema requiere limpiezas periódicas y desinfección que se realizan en base a un instructivo diseñado por el Instituto.
Asimismo, y para su correcto uso, se dictaron talleres de capacitación para explicar a los docentes de las escuelas rurales el funcionamiento del dispositivo y su montaje, para que pueda ser instalado en los lugares a donde los técnicos del INTI no pudieron llegar, resolviendo de esta manera una problemática de alto impacto en la región.
-El problema del arsénico en la región
En esta zona, el agua de pozo es utilizada para consumo, limpieza de alimentos y necesidades en general. En otros casos se almacena agua de lluvia, pero esta última es sólo una solución momentánea que depende de los ciclos de la naturaleza.
En esta zona, el agua de pozo es utilizada para consumo, limpieza de alimentos y necesidades en general. En otros casos se almacena agua de lluvia, pero esta última es sólo una solución momentánea que depende de los ciclos de la naturaleza.
La situación puede ser diferente en cada escuela. Por ejemplo, en el EEGB N° 845 del Paraje Le Breton, se logró instalar el tema entre los estudiantes con la ayuda de la Fundación Mempo Giardinelli. Esta última también entrega a la escuela bidones de agua para evitar la ingestión del líquido contaminado.
“En la escuela esto ha sido prácticamente una solución, pero ante la comunidad sabemos que los chicos están aquí de lunes a viernes. Los fines de semana están en su casa y quizás consumen agua con alto contenido de arsénico”, afirmó Ángel Alberto Torres, docente encargado de la escuela.
También resaltó la importancia del dispositivo rural para abatimiento de arsénico diseñado por el INTI, con una perspectiva a futuro, que permitiría abastecer con agua tratada a seis viviendas que se encuentran en el paraje.
Por otro lado, la EEGB N° 245 cuenta con el dispositivo desde abril. Diego Lelli, técnico de INTI-Química, sostuvo: “En esta segunda visita nos encontramos con que han utilizado el dispositivo periódicamente. Se han realizado de una a dos producciones diarias y los chicos nos cuentan que toman el agua del dispositivo a pesar de que a algunos les guste más que a otros”.
En el ámbito familiar también se difunde el tema a través de las reuniones de padres, explicó Daniel Delgado, director de la escuela. Se planteó la necesidad de contar con mayor información acerca de la problemática para poder facilitarla a la comunidad de padres.
La escuela utiliza el agua de pozo para regar, lavar utensilios y, mediante una bomba elevadora, llenar un tanque para la descarga en los baños. El agua potable que se obtiene se usa para hacer mate cocido, cocinar los alimentos y como bebida.
La EEGB N° 245 fue el primer lugar donde se instaló el dispositivo y por lo tanto fue una de las primeras escuelas en resolver el problema del arsénico y probar el sistema diseñado por INTI. Hoy, el dispositivo sirve para mejorar la calidad de vida de los chicos de 25 escuelas rurales del impenetrable chaqueño.
Fuente: Sala de Prensa
http://www.prensa.argentina.ar/2011/09/01/23286-inti-quita-el-arsenico-del-agua-en-colegios-chaquenos.php
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