Con guión de Osvaldo Bayer, el documental Awka Liwen hila hechos históricos con documentos nunca revelados, desde Roca hasta el conflicto de las retenciones. El racismo en el país y sus próceres enarbolados de la Patria.
El lugar que "los ideólogos de la Independencia" les dieron a los pueblos originarios asentados en Argentina mucho antes de que ésta fuera un país; su exterminio y el robo de las tierras comunitarias donde vivieron, implementado desde la Campaña del Desierto y otros operativos similares; el restablecimiento de la esclavitud, medio siglo después de su eliminación con la Asamblea del año XIII, cuyas víctimas ya no fueron los negros de Africa sino los aborígenes que sobrevivieron a la matanza. El reemplazo en el centro de prácticas racistas, entrado el siglo XX, de las comunidades indígenas por los obreros inmigrantes, anarquistas y socialistas, para culminar en la "batalla por las retenciones" que llevaron a cabo los mismos terratenientes que hace 200 años. Ese es el recorrido que el documental Awka Liwen propone, en el que la voz de su guionista, el escritor Osvaldo Bayer, hila hechos históricos con documentos nunca revelados y la experiencia de descendientes de aquellos pobladores originarios, "los primeros desaparecidos de la historia argentina que, por primera vez, expresan sus experiencias y su forma de ver a la sociedad que los excluye y los excluyó siempre. Es la voz de ellos".
--¿Por qué considera que "la historia oficial" oculta esos hechos?
O. B.: --Hay una frase que le pertenece al General Rauch, contratado por Julio A. Roca para exterminar a los ranqueles, en la que opinaba que los indígenas no tenían salvación porque no tenían sentido de la propiedad. Como si la propiedad englobara la moral, la ética y el progreso en sí misma. Ese fue el problema con ellos, que no encajaban en la idea de progreso. Pero ¡ojo! Hay que medir adónde nos llevó ese progreso: a niños con hambre, a villas miseria, a campesinos sin tierras. La versión liberal de la historia se está cayendo. Se han descubierto demasiadas cosas.
Entonces, como sumando más fuerza para acabar por completo con "el cuento liberal", propone el cambio de los nombres de las calles de la ciudad de Buenos Aires y de todo el país, el rediseño del billete de 100 pesos, el derrumbe de todas los monumentos levantados en homenaje a Roca, el "peor genocida de la historia argentina" (ver aparte). Y el documental, una propuesta revisionista íntimamente ligada a la educación. "Fue construido sobre bases pedagógicas, siguiendo un método científico histórico", explicó Aiello, para despejar dudas sobre la veracidad de lo expresado en Awka Liwen. "La educación es una herramienta más para adoctrinar y contar la historia de un país de la manera en que lo quisieron quienes siempre detentaron el poder no es inocente", completó.
Uno de los estudios que más se destacan en el film revela una situación que pocos argentinos conocen o que muchos no quieren reconocer: según un estudio realizado por investigadores del Conicet y de la Universidad Nacional de Buenos Aires, el 63,1 por ciento de la población argentina tiene descendencia amerindia, de aborígenes o criollos. "Ahí es donde entra en juego el deber de la memoria. ¿Cómo un país puede estar plagado de estatuas al asesino de la mayoría de los abuelos de su población y nadie dice nada?", se preguntó el cineasta, con más bronca que sarcasmo. Por eso, algunas partes del documental fueron ficcionalizadas. "Son segmentos en que había demasiada información que, narrada, confundía. Así fluye mejor", apuntó Kristina Hille.
M. A.: --
La línea que recorre Awka Liwen demuestra que en el país el ejercicio del poder sigue siendo de unos pocos que "no hicieron y hacen más que perpetrar la división de la sociedad, una desigualdad impresionante", apuntó el director. Es justamente "una invitación a destruir esa desigualdad", comentó Hille, el mensaje que deja el audiovisual.
--¿Qué otra acción debería sumarse al documental?
O. B.: --La autocrítica y el pedido de perdón de los gobernantes. Ha llegado la hora. El gobierno argentino nunca se disculpó por la matanza de sus pobladores originarios. Y la devolución de las tierras comunitarias donde vivieron, tema del que ni siquiera se habla.
(Fragmentos de reportaje de Ailín Bulentini a Mariano Aiello, Osvaldo Bayer y Kristina Hille, en el diario Pagina 12 del 19/1072009)
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