Publicado por Jorge E. Rulli
@JorgeRulli
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12 de dic a las 08:12hs · Opinión
Preguntas incómodas
Editorial del sábado 10 de diciembre de 2011 en el Programa Horizonte Sur
Se cuenta de algún personaje, en tiempos remotos y en alguna de las geografías mediterráneas ahora al arbitrio de los banqueros, se cuenta que se hizo famoso por hacer preguntas… Parece que hacer preguntas y según como le fue a este personaje, no es lo que se supone ser políticamente correcto. Parece que hacer preguntas incomoda, le gana a uno enemigos y que algunos ante las preguntas hasta se salen de sí, y no tienen más respuesta que la injuria y la amenaza… Será por eso que al preguntón de marras le hicieron tomar la cicuta y se fue a un más allá donde dejó de molestar con sus preguntas? será tal vez, que cada pregunta apunta a una respuesta que el otro conoce en su fuero interior y que lo enfrenta a su conciencia como en un espejo, y será también, que algunas preguntas apuntan a respuestas que no se quieren responder… Será probablemente que las preguntas incomodan a los que no están bien consigo mismo o como suele decirse, tienen el culo sucio, porque en privado reconocen que viven de eso que los muchos toman por un servicio, pero en público se rasgan las vestiduras como actores de comedia y se echan cenizas sobre las cabezas, acongojados porque quien les pregunta, los pondría en duda y porque su sensibilidad no soporta la prueba de una lógica indagadora desde la simpleza misma?
Así nos pasó cuando les preguntamos a unos ambientalistas notorios la razón por la que cuestionaban al Gobernador Scioli pero no cuestionaban en cambio al Ministro Lino Barañao o al Jefe de Gabinete Aníbal Fernández. Ni siquiera nos atrevimos a preguntarles cómo podían decirse ecologistas desde la Cris pasión… o desde ser candidatos del carilindo de Morón; y por suerte no lo hicimos, porque la respuesta no fue en realidad y propiamente una respuesta, sino que fue tan solo una catarata de injurias e improperios a través de las redes… Lo que más nos sorprendió fue que algunos atolondrados aprovecharon la volada para solidarizarse con el preguntado, como si el preguntado en vez de haber sido preguntado hubiese sido agredido por la pregunta que le hiciéramos. Pero lo más escandaloso de aquellos intercambios en redes supuestamente ecologistas, fue que aprovecharon la pregunta, para reivindicar los derechos humanos que, al menos en este período de la Argentina, está probado sirven tanto para un barrido como para un fregado, arguyendo que se les pretendía quitar a los preocupados por el ambiente sus derechos a elegir un partido político dónde expresar sus sentimientos de ciudadanía… Uno se queda pasmado ante semejante desmesura, que expresa una profunda estulticia, y que proviene de quienes se piensan a sí mismos como dirigentes, en especial porque todo ese desborde de irracionalidad es mera consecuencia de una pregunta realizada desde la simplicidad y desde los derechos a tratar de comprender…
Luego y como somos un poco contumaces en esto de hacer preguntas, lo reconocemos, se nos ocurrió preguntarle a algunos líderes campesinos e indígenas, muchos de ellos con sus títulos académicos bajo el brazo, título que por supuesto no los inhabilita para ser campesinos, al menos en la medida que puedan exponer manos encallecidas por la labor agrícola en la que se suponen se encuentran… y no solamente la consabida camisa grafa y el gorrito de lana… Les preguntamos, cómo se podía respaldar a un gobierno que se propone aumentar en un cincuenta por ciento el territorio sembrado de soja y a la vez mostrarse como dirigentes opositores a ese mismo modelo productivo en una provincia victimizadas por la expansión de la frontera sojera, tal como resulta ser Santiago del Estero… se nos ocurrió preguntarles asimismo, cómo se podía estar en ambos lados del mostrador, siendo funcionarios por una parte y siendo víctimas de los sojeros por la otra, cómo se podían recibir beneficios del Ministro que propicia una mayor sojización por una parte y a la vez manifestarse como de izquierda por la otra, exponiéndose como las víctimas de un sistema y a la vez, como los protagonistas y hasta como la vanguardia de la lucha contra el Capitalismo… Y de nuevo, la respuesta fue una catarata de injurias, improperios y amenazas…
En realidad no estamos haciendo solamente preguntas claro está… Cuando las hacemos, estamos tratando de exponer la complejidad de un sistema mundo que llamamos Globalización y que en la Argentina está conducido por muchos antiguos exponentes de la izquierda, abonados hoy a las nuevas circunstancias del Agronegocio, pero que mantienen intactas sus capacidades de seducir, manipular y maquillar. No hay lugar para la inocencia en una complejidad como la que vivimos, donde nada es lo que parece ser y donde las políticas son meros simulacros sobre los escenarios del dominio neocolonial y la explotación del hombre por las Corporaciones. Si algunos diputados oficialistas por Misiones respaldan la lucha contra las fumigaciones en cualquier provincia que no sea la propia, y si los miembros del partido de Binner o quienes lo respaldan, se permiten posiciones críticas y hasta de médicos fumigados, en cualquier otro lugar que no sea la provincia de Santa Fe, sin lugar a dudas les resultarán molestos nuestros interrogantes… Pero en verdad no es nuestra culpa sino la propia responsabilidad de quienes no son capaces de responder las preguntas que se les hacen… y esa si es nuestra inocencia, la nueva inocencia en épocas de complejidad y de Capitalismos globales en que lo único válido es partir de un pensamiento con memoria y con arraigo a la tierra.
Ellos a su vez, aquellos que no contestan nuestras preguntas, o que nos responden a la mala con otras preguntas, son exponentes de una intolerancia que crece como yuyo con la incomprensión extendida de lo que sucede en el sistema mundo globalizado. Es comprensible por otra parte, que el común deje de comprender la creciente complejidad y que muchos de nosotros debamos muchas veces marchar a ciegas y guiándonos por caminos con corazón… no hemos sido formados ni preparados para los cambios que se suceden con pasmosa velocidad y las amenazas crecientes que se ciernen como riesgos globales a la vida… lo malo es creer que puede haber manuales que nos explican lo que pasa desde las miradas y los conocimientos del siglo XIX y que como un GPS nos indicarían el camino adecuado. Lamento decirlo, pero no hay un GPS que nos guié ni manual alguno que nos explique lo que ocurre… persistimos entonces en hacernos preguntas y en dialogar con otros sobre lo que nos rodea. No somos en verdad capaces de advertir las diferencias que otros parecieran sugerir entre un Scioli, un Marioto o un Sabatella, como si los modos de hablar o de vestirse, o sus adscripciones a tribus diversas de los sectores medios progresistas, pudieran tener alguna importancia en el contexto de un modelo devastador de sojización transgénica y producción de biocombustibles, que resulta cada vez más aplastante y del cuál ellos como partiquinos, son diversos aderezos del estofado colonial, a lo sumo, diferentes cortinados en un mismo escenario…
Debemos reconocer que nos cuesta adaptarnos a una Argentina en que a nuestros adolescentes se les enseña en la materia historia de los colegios secundarios que el kirchnerismo es la etapa superior del Peronismo. No importa que nos parezca un disparate, sabemos que se lo repite hasta el cansancio y que son muchos los que comienzan a creer que, tal vez la afirmación tenga un algo de verdad… Nos cuesta adaptarnos a una situación en que se constituye una Academia de la Historia Revisionista, cuando estamos convencidos que se la constituye solamente con un solo objetivo: el de incorporar a Néstor Kirchner al panteón de nuestros héroes nacionales. En realidad, somos muchos los que tenemos dificultad en adaptarnos a estas situaciones, en verdad no nos adaptamos para nada y ese es el problema, sufrimos este momento como un tiempo adverso, como un tiempo que es preciso resistir y que pasará como pasaron todos los tiempos nefastos que hemos vivido desde el 55 hasta el presente… Un tiempo que no es del pueblo sino de algunas bandas de los sectores medios que se apropiaron del poder, al menos del poder de administrar para las empresas, mediante mecanismos electorales y asistencialistas, no demasiado diferentes al de períodos autoritarios. La fiesta actual de esos sectores, los subsidios generalizados a las empresas amigas, el asistencialismo, el aumento constante de los gastos del Estado y su creciente déficits fiscal, la declinación del boom de la soja y los límites a los precios de las materias primas y de las comodities con los que tanto se benefició la Argentina en los últimos años, la creciente inflación y un dólar que nos recuerda cada vez más al de la convertibilidad, no hacen sino enfatizar la marcada insustentabilidad de la Argentina y un final de fiesta cercano, que nos encontrará absolutamente carente de una conducción capaz de capear el temporal climático y financiero que arrasa con los mercados globales, con los bancos y con las finanzas del conjunto de los países.
Una muestra de ello, si es que fuera preciso corroborar la tradicional incapacidad de esta dirigencia, es el nuevo gabinete, un gabinete de hombres descartables, en el mejor estilo del sicristinismo… Desde ya que los que se van no son mejores, y si fuese necesario una anécdota para confirmarlo, bastaría con mencionar la última acción de Gobierno del Ministro de Agricultura que además, ha pasado ahora a presidir la Cámara de Diputados de la Nación… la tomo de los diarios: “horas antes de dejar su cargo, el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, puso fin al estatuto que ponía a la Argentina como país libre de promotores de crecimiento para la producción de carnes. A pedido de productores de porcinos, habilitó un fármaco que permitiría incrementar hasta 5% la producción de carne de cerdo, la Ractopamina.” Aclaremos que, tanto la Unión Europea como China se niegan a consumir carne con este tipo de fármacos, de manera que esta medida artera consumada a favor de los laboratorios, poco antes de apagar por última vez la luz de los despachos ministeriales, se está pensando tan solo en función del mercado interno o sea, en que a esa carne ahora envenenada con el promotor denominado Ractopamina, la comamos los argentinos. Estamos en presencia de un nuevo atentado a la salud de nuestras poblaciones que ya no comerán una carne de cerdo afrodisíaca, tal como expresó alguna vez con extraordinaria necedad nuestra señora presidente, sino todo lo contrario… Julián Domínguez, que, además de ser un partidario de este gobierno es un hombre de la Iglesia, probablemente haya ganado con esta acción postrera los altos cargos que ahora desempeñará en la Cámara de Diputados de la Nación, lo que no sabemos es cómo resolverá el ex ministro sus problemas de conciencia si es que la tiene, y en lo que si estamos seguros, es que sería otro de los que se molestaría y mucho, si le hiciéramos algunas preguntas.
Jorge Eduardo Rulli
http://www.pararelmundo.com/
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