Hace varios años que ha saltado la alarma sobre la progresiva desaparición de las abejas en el campo, tema que se está estudiando desde varios frentes.
Se postuló que podía ser consecuencia de los ataques por ácaros (Varroa sp.), por la destrucción de ecosistemas, por el cambio climático, por la sobrepoblación de determinadas aves, y a fecha de este artículo la última teoría postulada es que es consecuencia del uso de plaguicidas. Los plaguicidas atacarían el sistema nervioso de las abejas causándoles desorientación y por tanto dificultades en volver a la colmena. Esto supondría una disminución en el número de obreras y por tanto la muerte de abejas reinas, causando el síndrome de colapso de colmenas y la desaparición de millones de abejas.
Pero… estos bichitos que dan tanto miedo, ¿por qué son tan importantes?
“Si la abeja desapareciera de la superficie del globo, al hombre sólo le quedarían cuatro años de vida: sin abejas, no hay polinización, ni hierba, ni animales, ni hombres”. Albert Einstein
Las abejas cumplen una función muy importante en los ecosistemas, siendo responsables de la polinización de muchas especies vegetales tanto silvestres como agrícolas por lo tanto su desaparición puede provocar graves perjuicios económicos a la par que medioambientales. Las especies de plantas adaptadas a la polinización por insectos suelen poseer el delicioso néctar que tanto gusta a las abejas pero suelen ubicarlo en el fondo de la flor, de esta manera, las abejas tienen que introducirse dentro de la flor y como tienen el cuerpo cubierto de pelitos éstos se llenan de polen. Con el cuerpo lleno de polen visitan otra planta de la misma especie y al buscar de nuevo el preciado néctar y/o polen depositan el que portan en la nueva flor. Así se produce una polinización cruzada, es decir, las plantas son polinizadas con polen de diferentes individuos favoreciéndose la diversidad vegetal y por tanto su supervivencia.
Podemos imaginar lo que podría causar la falta de polinización de cultivos agrícolas, la posible desaparición de determinados alimentos que ya conocemos como almendros, melones, girasoles, judías… que dependen de la polinización por insectos. También desaparecería el rico y dulce alimento que es producido por las abejas melíferas cultivadas por el hombre, la miel. Y sobre los ecosistemas silvestres, ¿qué sucedería? Se podrían producir grandes cambios en las especies que hay en los bosques, no sólo a nivel botánico sino también faunístico pues existen muchas especies que están especialmente adaptadas a otras y cuya interdependencia es absoluta, efectos impredecibles sobre el paisaje tal y como lo conocemos.
¿Cómo podemos ayudar?
Minimizando la utilización de plaguicidas al máximo y cuando las flores no estén abiertas de manera que la capa de químico sobre la flor sea mínima y no afecte a las abejas.
Favoreciendo la instalación de colmenas en las zonas agrícolas o forestales adaptadas a cada uso.
Contribuyendo a la conservación de espacios naturales protegidos donde las abejas puedan vivir sin los efectos provocados por la actividad humana.
Coordenadas:
WEB: http://huevopodrido.blogspot.com/
Pero… estos bichitos que dan tanto miedo, ¿por qué son tan importantes?
“Si la abeja desapareciera de la superficie del globo, al hombre sólo le quedarían cuatro años de vida: sin abejas, no hay polinización, ni hierba, ni animales, ni hombres”. Albert Einstein
Las abejas cumplen una función muy importante en los ecosistemas, siendo responsables de la polinización de muchas especies vegetales tanto silvestres como agrícolas por lo tanto su desaparición puede provocar graves perjuicios económicos a la par que medioambientales. Las especies de plantas adaptadas a la polinización por insectos suelen poseer el delicioso néctar que tanto gusta a las abejas pero suelen ubicarlo en el fondo de la flor, de esta manera, las abejas tienen que introducirse dentro de la flor y como tienen el cuerpo cubierto de pelitos éstos se llenan de polen. Con el cuerpo lleno de polen visitan otra planta de la misma especie y al buscar de nuevo el preciado néctar y/o polen depositan el que portan en la nueva flor. Así se produce una polinización cruzada, es decir, las plantas son polinizadas con polen de diferentes individuos favoreciéndose la diversidad vegetal y por tanto su supervivencia.
Podemos imaginar lo que podría causar la falta de polinización de cultivos agrícolas, la posible desaparición de determinados alimentos que ya conocemos como almendros, melones, girasoles, judías… que dependen de la polinización por insectos. También desaparecería el rico y dulce alimento que es producido por las abejas melíferas cultivadas por el hombre, la miel. Y sobre los ecosistemas silvestres, ¿qué sucedería? Se podrían producir grandes cambios en las especies que hay en los bosques, no sólo a nivel botánico sino también faunístico pues existen muchas especies que están especialmente adaptadas a otras y cuya interdependencia es absoluta, efectos impredecibles sobre el paisaje tal y como lo conocemos.
¿Cómo podemos ayudar?
Minimizando la utilización de plaguicidas al máximo y cuando las flores no estén abiertas de manera que la capa de químico sobre la flor sea mínima y no afecte a las abejas.
Favoreciendo la instalación de colmenas en las zonas agrícolas o forestales adaptadas a cada uso.
Contribuyendo a la conservación de espacios naturales protegidos donde las abejas puedan vivir sin los efectos provocados por la actividad humana.
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