Determinaron que cientos de chajás murieron en febrero por insecticidas
Hallaron dos tipos de pesticidas en los animales que aparecieron sin vida en laguna La Picasa. Intervino Medio Ambiente provincial y ahora el caso es investigado por los Tribunales de Rufino.
Tal como se sospechaba, la masiva mortandad fue por intoxicación.
Por Lizi Domínguez / La Capital
Rufino.
Hallaron dos tipos de pesticidas en los animales que aparecieron sin vida en laguna La Picasa. Intervino Medio Ambiente provincial y ahora el caso es investigado por los Tribunales de Rufino.
Tal como se sospechaba, la masiva mortandad fue por intoxicación.
Por Lizi Domínguez / La Capital
Rufino.
— Tras estudios ordenados por el Ministerio de Aguas, Servicios Públicos y Medio Ambiente, a través de la Secretaría de Medio Ambiente, se determinó que la extraña y masiva mortandad de chajás detectada hace un mes en la zona de la laguna La Picasa se debió, tal como se sospechaba, a una intoxicación con fitosanitarios. En Rufino se tramita la denuncia correspondiente, radicada por la provincia.
Más de un centenar de ejemplares de esta especie aparecieron sin vida a la vera del curso de agua, en las cercanías de la localidad de San Gregorio, en el departamento General López. Ante esta situación, la Secretaría de Medio Ambiente envió un laboratorio móvil para extraer muestras y realizar la necropsia y los análisis para determinar los factores que incidieron en el fenómeno. A su vez, personal de los ministerios de Producción y de Aguas, realizaron inspecciones en la zona cercana a la laguna sobre la comercialización, provisión y uso de fitosanitarios en lotes cercanos al lugar del hallazgo, según un comunicado oficial.
En este marco, el subsecretario de Gestión Ambiental, Edgardo Seguro, informó que ya los primeros resultados de los análisis determinaban la compatibilidad con intoxicación por fitosanitarios. "La necropsia indicó la presencia de restos de leguminosa y espemos los resultados de los análisis para determinar si la mortandad se debió al uso de elementos permitidos o no, o coincidió con alguna fumigación sin tener en cuenta a la comunidad de chajás muy cercana que se alimentaba de los cultivos", explicó Seguro ni bien se detectó el fenómeno.
Al respecto, el subsecretario de Recursos Naturales, Ricardo Biasatti, aclaró que mientras "los estudios histopatológicos muestran tejidos con irritación que es compatible con una intoxicación aguda", los análisis toxicológicos del contenido del tracto digestivo de las aves analizadas "evidencian la presencia de dos insecticidas: endosulfán y clorpirifós" (ver aparte).
El funcionario dijo que la aplicación de esos insecticidas "están permitidos, pero hay severas restricciones en cuanto al modo de aplicación y uso", y acotó que "al mismo tiempo, personal de Medio Ambiente regresó al lugar del hecho y a su zona de influencia" con el fin "de evaluar la relación con la eventual aplicación de biocidas".
En ese plano, Biasatti explicó que "se indagó acerca de acopios, circuitos de comercialización y aplicaciones relacionadas a la fecha en que se produjo la muerte de las aves", dado que este aspecto del problema se encuentra directamente vinculado con las prácticas productivas en los campos aledaños. Por ello se dio intervención al Ministerio de la Producción para que indague al respecto y se pueda dar con los responsables.
En la Justicia. La provincia efectuó la denuncia correspondiente en sede del Juzgado Penal de Rufino para dilucidar si se trató de un accidente o una situación penal, y anexará al expediente los resultados de los estudios. En tanto, "en la Secretaría de Medio Ambiente, se continúan con las actuaciones administrativas que corresponden", señaló Biasatti.
"El sentido de dar intervención a la Justicia fue para que se evalúe la pertinencia de encuadrar lo sucedido desde el punto de vista legal y, eventualmente, aplicar la legislación vigente y las respectivas sanciones a quien corresponda", explica un parte oficial.
Los tóxicos detectados se usan en casas y en campos
Los análisis de laboratorio realizados a las muestras tomadas de los chajás muertos revelaron que en el organismo de los animales intoxicados había endosulfán y clorpirifósdos, dos tóxicos que se usan habitualmente para combatir plagas en cultivos y en los domicilios.
El primero, es un insecticida y acaricida, altamente tóxico en forma aguda por lo que ha sido prohibido en más de 50 países, que incluyen la Unión Europea y varias naciones de Asia y Africa occidental.
Este pesticida es el responsable de muchos incidentes fatales en todo el mundo y es también una sustancia sintética xenoestrogénica que imita –o aumenta los efectos de los estrógenos– y puede actuar como un disruptor endocrino, causando daños reproductivos y en el desarrollo en animales y humanos. Aún está en debate si el endosulfán puede producir cáncer.
Clorpirifós es un insecticida que se utiliza para controlar las plagas de insectos en viviendas y en agricultura. Es moderadamente tóxico y la exposición crónica se ha relacionado con efectos neurológicos, trastornos del desarrollo y trastornos autoinmunes.
Más de un centenar de ejemplares de esta especie aparecieron sin vida a la vera del curso de agua, en las cercanías de la localidad de San Gregorio, en el departamento General López. Ante esta situación, la Secretaría de Medio Ambiente envió un laboratorio móvil para extraer muestras y realizar la necropsia y los análisis para determinar los factores que incidieron en el fenómeno. A su vez, personal de los ministerios de Producción y de Aguas, realizaron inspecciones en la zona cercana a la laguna sobre la comercialización, provisión y uso de fitosanitarios en lotes cercanos al lugar del hallazgo, según un comunicado oficial.
En este marco, el subsecretario de Gestión Ambiental, Edgardo Seguro, informó que ya los primeros resultados de los análisis determinaban la compatibilidad con intoxicación por fitosanitarios. "La necropsia indicó la presencia de restos de leguminosa y espemos los resultados de los análisis para determinar si la mortandad se debió al uso de elementos permitidos o no, o coincidió con alguna fumigación sin tener en cuenta a la comunidad de chajás muy cercana que se alimentaba de los cultivos", explicó Seguro ni bien se detectó el fenómeno.
Al respecto, el subsecretario de Recursos Naturales, Ricardo Biasatti, aclaró que mientras "los estudios histopatológicos muestran tejidos con irritación que es compatible con una intoxicación aguda", los análisis toxicológicos del contenido del tracto digestivo de las aves analizadas "evidencian la presencia de dos insecticidas: endosulfán y clorpirifós" (ver aparte).
El funcionario dijo que la aplicación de esos insecticidas "están permitidos, pero hay severas restricciones en cuanto al modo de aplicación y uso", y acotó que "al mismo tiempo, personal de Medio Ambiente regresó al lugar del hecho y a su zona de influencia" con el fin "de evaluar la relación con la eventual aplicación de biocidas".
En ese plano, Biasatti explicó que "se indagó acerca de acopios, circuitos de comercialización y aplicaciones relacionadas a la fecha en que se produjo la muerte de las aves", dado que este aspecto del problema se encuentra directamente vinculado con las prácticas productivas en los campos aledaños. Por ello se dio intervención al Ministerio de la Producción para que indague al respecto y se pueda dar con los responsables.
En la Justicia. La provincia efectuó la denuncia correspondiente en sede del Juzgado Penal de Rufino para dilucidar si se trató de un accidente o una situación penal, y anexará al expediente los resultados de los estudios. En tanto, "en la Secretaría de Medio Ambiente, se continúan con las actuaciones administrativas que corresponden", señaló Biasatti.
"El sentido de dar intervención a la Justicia fue para que se evalúe la pertinencia de encuadrar lo sucedido desde el punto de vista legal y, eventualmente, aplicar la legislación vigente y las respectivas sanciones a quien corresponda", explica un parte oficial.
Los tóxicos detectados se usan en casas y en campos
Los análisis de laboratorio realizados a las muestras tomadas de los chajás muertos revelaron que en el organismo de los animales intoxicados había endosulfán y clorpirifósdos, dos tóxicos que se usan habitualmente para combatir plagas en cultivos y en los domicilios.
El primero, es un insecticida y acaricida, altamente tóxico en forma aguda por lo que ha sido prohibido en más de 50 países, que incluyen la Unión Europea y varias naciones de Asia y Africa occidental.
Este pesticida es el responsable de muchos incidentes fatales en todo el mundo y es también una sustancia sintética xenoestrogénica que imita –o aumenta los efectos de los estrógenos– y puede actuar como un disruptor endocrino, causando daños reproductivos y en el desarrollo en animales y humanos. Aún está en debate si el endosulfán puede producir cáncer.
Clorpirifós es un insecticida que se utiliza para controlar las plagas de insectos en viviendas y en agricultura. Es moderadamente tóxico y la exposición crónica se ha relacionado con efectos neurológicos, trastornos del desarrollo y trastornos autoinmunes.
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