UNA TRAGEDIA COLECTIVA, EN PLENA MARCHA
El Dr. Hugo
Gómez Demaio, jefe de cirugía infantil del Hospital Provincial de Pediatría
de Misiones, es el Director del Proyecto Uso de Agrotóxicos y Malformaciones Congénitas
Humanas, además de activo participante de cuantas jornadas de esclarecimiento
se llevan adelante con el objetivo de abordar el análisis y la evaluación de la
gravísima situación que se ha creado como consecuencia del uso masivo de
agroquímicos.
El uso de agroquímicos en la actividad agropecuaria
se plantea como un factor necesario e indispensable para el desarrollo de la
agricultura; de hecho, quiénes lo postulan militan en la aceptación, lisa y
llana, del uso de estos productos nocivos para la salud y el ambiente. Hasta
ahora vienen ganando una batalla desigual, en claro perjuicio para las grandes
mayorías sociales dado que los agronegocios benefician a sectores muy reducidos,
y provocan graves y complejos riesgos y daños sanitarios, sociales y
ambientales, algunos de características irreversibles en sus consecuencias o
efectos dañinos.
Venenos peligrosos y malformaciones humanas
Es necesario y urgente que abordemos y
profundicemos sobre las graves consecuencias que derivan del uso, masivo y descontrolado,
de los agroquímicos porque son venenos muy peligrosos. Desde el año 1987 el Dr.
Gómez Demaio y su equipo trabajan en este tema, específicamente en las
malformaciones humanas derivadas del uso de plaguicidas y fertilizantes. Concentraron
la atención científica en los lugares en dónde habían sido gestados los niños
que presentaban malformaciones del cierre del tubo neuronal. Conviene aclarar
que el cierre del tubo neuronal se produce antes del día 28 contado a partir de
la gestación, cuando la madre todavía no sabe que está embarazada. En este
período se tiene que completar el cierre, de modo que tiene especial
importancia el lugar geográfico donde se produjo la gestación, independientemente
del lugar de nacimiento, que puede ser distinto, dado que los factores ambientales
(entorno) que inciden en esta patología, especialmente
los tóxicos, deben ser perfectamente identificados desde el punto de vista
territorial.
Genotoxicidad y nacimiento con malformaciones
El equipo médico comprobó que los niños nacidos
con malformaciones del cierre del tubo neuronal habían sido gestados en zonas
en donde masivamente se utilizaban agroquímicos. Estudiaron los mielomeningoceles (falla del cierre del
tubo neuronal) y se encontraron con la punta del iceberg; debajo, tropezaron
con una masa desconocida de patologías que luego comenzaron a estudiar. La
genotoxicidad, que significa la intoxicación crónica por el uso de agroquímicos,
provoca modificaciones o mutaciones del genoma humano. Este es un dato relevante
y esencial para la salud pública; a pesar de ello, los gobiernos miran para
otro lado y los funcionarios responsables se hacen los distraídos.
Entre las patologías que encontró el equipo médico,
la más repetida, estuvo la teratogénesis,
que significa el desarrollo fetal anormal en el propio útero materno, producto
de las modificaciones o mutaciones genéticas derivadas de la exposición a los
agroquímicos. Esto explica los nacimientos de niños con las malformaciones
halladas.
Los médicos también se encontraron con niños
enfermos de cáncer, con especial predominancia de leucemias, y con metástasis
de cánceres en niveles superiores a los previsibles para la provincia de
Misiones. Concluyeron que estas patologías fueron la derivación directa de la
toxicidad aguda contraída como consecuencia de la gran exposición de la
población al uso masivo e indiscriminado de agrotóxicos en la actividad
agropecuaria.
Mielomeningoceles
La falla en el cierre del tubo neuronal significa
que la columna vertebral queda abierta; se ven las raíces porque la médula queda
expuesta. Los niños que arrastran esta enfermedad nacen con parálisis en
miembros inferiores, vejiga y aparato defecatorio; no tienen control fecal ni
urinario.
Otros adolecen de fallas en el desarrollo del
sistema nervioso central craneal, total o parcial. Los que acarrean anencefalia
total, generalmente fallecen por falta de seguimiento porque no pueden orinar
espontáneamente. Orinan contra una vejiga que no abre el esfínter, generando
insuficiencia renal. Mueren por esta patología. Los tratamientos y los insumos
son complejos y carísimos, al igual que las múltiples intervenciones
quirúrgicas correctivas que se deben efectuar para reponer los funcionamientos
de los órganos afectados.
Los grandes culpables
El esquema emergente y la realidad sanitaria,
social y ambiental degradada que se ha generado como consecuencia del uso
masivo de agroquímicos, entabla responsabilidades compartidas en distintos
rangos y proporciones. Nadie, o casi nadie, ha hecho lo correcto; todos, o casi
todos, han actuado de manera ilegal o inapropiada, por acción o por omisión. El
conjunto es el responsable final del penoso escenario que se ha creado en el
país y en nuestra provincia.
Es claro que en primer término está la
responsabilidad directa de aquéllos que provocan el riesgo o el daño sanitario,
social y ambiental, que son los grandes productores agropecuarios que utilizan
los agroquímicos, con mayor o menor negligencia e irresponsabilidad. Pero debemos
hacer hincapié en los gobiernos, específicamente en las estructuras de los estados
municipales, provinciales y nacional, dado que deberían articular sus
funcionamientos para regular y controlar el uso de los agroquímicos,
sancionando a los infractores y diseñando programas de controles preventivos
que desalienten las violaciones legales que sistemáticamente cometen los mega
productores. Todo esto se debe llevar adelante mientras Argentina reformule la
estructura jurídica regulatoria del uso de los agroquímicos, confeccione su
ordenamiento territorial de actividades, a través de la realización de cada
provincia, lo que permitirá modificar la matriz de producción primaria para
recuperar soberanía y seguridad alimentaria, dejando de lado la producción
industrialista de forraje transgénico en chacras y regiones altamente contaminadas.
Son notables las defecciones de los municipios y
del estado provincial en la tarea de llevar adelante sus funciones de control y
de sanción. El caso paradigmático es el de la Dirección de Sanidad Vegetal,
que es la autoridad administrativa a cuyo cargo ha quedado la aplicación de la
ley de biocidas en nuestra provincia. Este organismo no controla absolutamente
nada; permanece ausente en casi toda su estructura, o directamente está
cooptado o burocratizado, de tal modo que incumple, de punta a punta, con el
rol que el ordenamiento legal le asignó. Es el colmo del incumplimiento
estatal; mientras tanto, se usa agroquímicos en forma masiva y sin ningún tipo
de control, lo que permite afirmar que el Chaco es un territorio off-shore,
libre de controles, y una invitación abierta para desarrollar actividades en
donde el empresario hace lo que quiere y lo que más le convenga, sin importar
que afecte la salud pública y la biodiversidad ambiental.
Compone el cuadro de descontrol estatal el pésimo
funcionamiento de las subsecretarias de recursos naturales y de medio ambiente,
especialmente las direcciones de bosques y de suelos. Estos organismos actúan
bajo signos inequívocos de burocracia y corrupción, de manera que, en forma directa o
indirecta, facilitan o auspician los desmontes y aprovechamientos forestales
masivos, como también autorizan la realización de actividades productiva en
suelos inapropiados, sometidos a severas restricciones o limitaciones de usos
por su frágil composición, lo cual garantiza la continuidad de la degradación
del ambiente y de la biodiversidad.
Por último, no podemos olvidarnos de los
profesionales y técnicos vinculados con las actividades productivas, que se
desempeñan como empleados o funcionarios del Estado o directamente en la
privada. Están estratégicamente distribuidos, de tal modo que garantizan la rapidez
y éxito de los trámites administrativos, desde la obtención de autorizaciones o
permisos, hasta el no pago de multas por infracciones; de esta manera continúan
los desmontes, los aprovechamientos forestales y las habilitaciones de campos
para la agricultura. Los permisos forestales son analizados por los mismos
técnicos involucrados con los intereses privados. No existen controles, salvo algunos
que son desordenados y excepcionales. El desorden administrativos es formidable
y absolutamente funcional a los intereses de los que se quedan o depredan los
recursos naturales. Algunos estudios de impacto ambiental se han realizado con
la anuencia de los funcionarios públicos que intervienen en los procesos de
evaluación. Da la sensación de que estamos frente a una verdadera organización
dedicada a tal fin, con un solo jefe, bastamente conocido en la provincia, con
una larga vigencia en estos menesteres.
Los grandes ausentes
En materia sanitaria se entabla la responsabilidad
compartida de los Ministerios de Salud de la Nación y del Chaco, que no invierten en
investigaciones sobre la salud pública en relación con las consecuencias y
efectos que producen el uso masivo de
los agrotóxicos. No hacen absolutamente nada en este tema. Es como que no
ocurre nada en el territorio chaqueño. Siquiera llevan registros de los niños
nacidos vivos con defecto de cierre del tubo neuronal porque no han elaborado
el mapa de malformaciones registradas. El día que lo hagamos, el resultado será
escandaloso, al igual que en materia de subregistros de abortos espontáneos. Se
ignora las causas generadoras y emergentes de los abortos espontáneos, lo que
impide saber cuantos niños que no nacieron padecían mielomelingoceles o cuantos
nacieron con esta enfermedad y fueron sepultados sin registración, formando
parte de las cifras negras en salud. Y de los pocos casos detectados, algunos
fueron objetos de derivación para externar los datos estadísticos. Todo esto
indica un verdadero y gran dislate, a pesar de la notable expansión de los
riesgos y de los daños derivados del uso masivo de agrotóxicos, que tienen
relación directa con la toxicidad instalada en amplios sectores sociales, rurales
y urbanos, producto de la expulsión de la población campesina, sujeta a un
fuerte proceso de transferencia territorial compulsiva.
Intoxicaciones crónicas, mutaciones y malformaciones
Por el volumen y la intensidad del uso de los agrotóxicos,
facilitado por la falta de controles estatales, debemos suponer que avanza
aceleradamente la intoxicación crónica en directa relación causal con el cambio
del genoma humano. Es posible entender que avanzan las mutaciones, aunque hasta
ahora permanezcan invisibilizadas como consecuencia de la estrategia que se
viene aplicando.
Además de los defectos de cierre del tubo
neuronal, del aumento del número de cánceres, es posible esperar la aparición
de un mayor número de niños con retrasos mentales de distintos grados (idiotas).
Estamos convencidos que aumentará el número de retrasos mentales de distintos
grados; en palabras fuertes, casi brutales, tratamos de identificar a los
actuales y futuros chaqueños idiotas, que sobrevivirán signados por tal atraso mental,
frente a los otros niños normales o sanos, que tendrán distintos
comportamientos, que vivirán con diferentes calidades de vidas y proyectos
personales o familiares dispares.
Con el avance de las mutaciones y la pérdida de
chances de los niños idiotas, cerraremos el círculo que inevitablemente se
genera a partir del uso masivo de agroquímicos en la agricultura.
El ojo no ve lo que el cerebro no sabe
Esta regla ha sido perversamente aplicada por los
que protagonizan, alientan o aplauden el actual modelo de agricultura
industrialista y monocultivista, con eje en las semillas transgénicas y en el
uso de agroquímicos que aplican pulverizando con avionetas, simplemente para
ganar dinero.
Explotan la máxima que indica que somos ciegos si
el cerebro no sabe, de manera que para generar ceguera colectiva se sirvieron
de las universidades, de los técnicos, de los medios de comunicación y de los
falsos postulados para convencer a la opinión pública que la soja es rica en
proteína y que los agroquímicos no enferman. Contaron y cuentan con el
acompañamiento de los gobiernos. De allí partieron para fabricar la actual
estrategia que se sintetiza en lo siguiente: cada productor hace lo que quiere
en su campo; “pulveriza” su chacra
con agroquímicos todas las veces que quiera, como le plazca. Los gobiernos
municipales, provinciales y nacional, bien gracias, total no pasa nada.
También tiene vigencia en el mundo médico la regla
de que el ojo no ve lo que el cerebro no sabe. Entonces, cabe preguntarse lo
siguiente: ¿cuántas patologías asociadas al uso masivo de agroquímicos habrán
pasados frente a la ceguera médica?. Es que en las universidades no les enseñaron
a encontrar las causas generadoras de estas enfermedades. Es muy posible que no
hayan descubierto las causas verdaderas de las teratogénesis, de las mielomeningoseles
o de las espinas bífidas que pasaron por sus consultorios.
Las ratas de Oscar Rubén Medina
En el Chaco se vende desde el carbón hasta la desnutrición. Todo tiene
precio; por lo tanto, todo puede ser comercializado, a tal punto que cada tanto
aparecen las ratas y sus dueños.
Hablando de ratas, que no son las que mencionó el señor
Oscar Rubén Medina, vale la pena comentar que el Dr. Hugo Gómez Demaio repetidamente
hace referencia al interesante trabajo del japonés Hashimoto, quién puso unas
ratitas en un laberinto. Por su propia constitución, las ratas buscan alimentos
y oscuridad. Las puso en un laberinto con agujeros falsos (pintados de negro),
excepto uno que era el agujero real, que conducía a un túnel oscuro en donde
puso comida. Cuando colocó las ratas en contacto con agroquímicos (entre cuyos
componentes se encuentran los hidrocarburos policíclicos aromáticos), las ratas
dejaron de encontrar el agujero real que las conducía a la oscuridad y a la comida,
que tranquilamente encontraban antes de que fueran puestas en contacto con los agroquímicos.
Y lo más grave, es que los hijos de
estas ratas tampoco nunca pudieron encontrar el verdadero agujero que podía
llevarlos a la oscuridad y al alimento. Mutaron irreversiblemente. Es cuestión
de que el señor Oscar Rubén Medina reflexione con tolerancia.
RESISTENCIA, 30 DICIEMBRE 2008
VIDEO DE LA JORNADA OBSERVATORIO DEL GLIFOSATO
RESUMEN de la charla del Dr Gómez Demaio sobre el uso de agrotóxicos y sus consecuencias en San Vicente y en la provincia de Misiones.
Charla sobre Intoxicación por Agrotóxicos en la Provincia de Misiones
RELACIONADO:
PONENCIA DEL DR. HUGO GÓMEZ DEMAIO EN LA JORNADA OBSERVATORIO DEL GLIFOSATO
VIDEO DE LA JORNADA OBSERVATORIO DEL GLIFOSATO
12 abril 2010, 3:15 PM
Archivado en: Jornada | Etiquetas: Andrés Carrasco, Dr. Raúl Montenegro, Jornada Observatorio del Glifosato, transgénicos
Archivado en: Jornada | Etiquetas: Andrés Carrasco, Dr. Raúl Montenegro, Jornada Observatorio del Glifosato, transgénicos
PARTE 1
Julia Argentina Perié – Diputada Nacional por la Provincia de Misiones
Dr. Hugo Gómez Demaio – Jefe del Laboratorio de Biología Molecular de la Provincia de Misiones
Dra. Graciela Cristina Gómez – Abogada ONG Ecos de Romang
PARTE 2
Dr. Raúl Horacio Lucero – Jefe del Laboratorio de Biología Molecular del Instituto de Biología Molecular UNNE
Ingeniero Juan Domingo Perié – Ing. Forestal de la Agrupación Ecologista Tamanduá
Carlos Manessi – CEPRONAT Centro de Protección a la Naturaleza
Lic. Antonia Husulak – Investigadora de la UNAM
Lic. Ana Dones – REDI
PARTE 3
Regina Haller – Red de Agricultura Orgánica de Misiones
Jorge Carpio – Director Ejecutivo de FOCO
PARTE 4
Osvaldo Javier Souza Casarinho – CETAAR – RAPAL
Abog. Mariano Aguilar – AAdeAA
PARTE 5
Raúl Montenegro – FUNAM
Andrés Carrasco – Jefe del Laboratorio de Embriología UBA
Claudio Morgado – Diputado de la Nación
Dr Demaio - Agrotóxicos en Misiones
RESUMEN de la charla del Dr Gómez Demaio sobre el uso de agrotóxicos y sus consecuencias en San Vicente y en la provincia de Misiones.
Charla sobre Intoxicación por Agrotóxicos en la Provincia de Misiones
Dr Hugo Gomez Demaio en San Vicente Parte 1 de 2
Dr Hugo Gomez Demaio en San Vicente Parte 2 de 2
RELACIONADO:
PONENCIA DEL DR. HUGO GÓMEZ DEMAIO EN LA JORNADA OBSERVATORIO DEL GLIFOSATO
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