Las sierras de fondo se hacen montes nativos, el agua de deshielo se convierte en el Bermejo y la minería a cielo abierto se viste, esta vez, de explotación agrícola a gran escala. Los Gioja, los Corpacci y los Beder Herrera se disfrazan todos de Capitanich, el denunciado. El escenario y los actores cambian, pero la obra puesta en escena es la misma: empresas extranjeras que quieren recursos nacionales, gobiernos provinciales que firman convenios con ellas y organizaciones sociales y ambientalistas que denuncian el desastre ecológico, económico y social que ello acarrearía.
La discusión se traslada hoy a El Chaco, al vapuleado El Impenetrable, donde una firma de capitales árabes estaría a punto de hacerse con unas cientos de miles de hectáreas para la producción de alimentos con destino de exportación.
Quienes se oponen prometen que harán de esto “un nuevo Andalgalá”, en referencia a las protestas que hoy se desarrollan en Catamarca contra la mega minería. Están convencidos de que la movilización que generarán será “lo suficientemente grande” como para impedir la concreción del megaemprendimiento proyectado.
“Para nosotros –aseguran– son lo mismo las mineras que el modelo sojero, lo mismo que tumbar el bosque nativo chaqueño para hacer ventanas y muebles. Es el único y mismo modelo extractivista”.
Detención y ruido.
Días atrás, 11 campesinos pertenecientes a pueblos originarios fueron detenidos en la pequeña localidad chaqueña de Pampa del Indio, por encontrarse en territorios ocupados. Pedían la tierras cultivables que el Gobierno provincial prometió y nunca convidó.
Fueron liberados tras unas horas, sin mayores problemas. Pero organizaciones que los aglutinan y defienden sus derechos aprovecharon el revuelo para nacionalizar una denuncia que sostienen desde hace meses, sin éxito de repercusión fronteras afuera.
“Tenemos mucho dolor y bronca. El Gobierno tarda 100 días para entregar 500 hectáreas a los campesinos pobres sin tierras, pero rápidamente entrega a los árabes 220 mil hectáreas para explotación de El Impenetrable”, difundieron.
“Los árabes” son la Alkhorayef Group Company, una firma de Arabia Saudí que el 22 de febrero de 2011, hace un año ya, rubricó un memorando de entendimiento con el Ejecutivo que lidera Jorge Capitanich, tal vez el más kirchnerista de los gobernadores.
La compañía fue representada en ese acto por José F. Tomas y Siasa Latinoamericana, encabezada por Daniel Tardito, mano derecha de Eduardo Eurnekian, empresario de estrecha relación con el Gobierno nacional.
En abril del año pasado, la ministra de Producción, Débora Giorgi, incluyó a Alkhorayef entre las empresas que habían anunciado inversiones millonarias en el país.
Del monte al desierto.
El acuerdo es para la puesta en marcha de un emprendimiento que consistiría en desarrollar, durante cinco años, una explotación agrícola en entre 100 mil y 400 mil hectáreas de tierras públicas, en la zona de El Impenetrable. La inversión prevista es de unos 400 millones de dólares, y lo producido sería entregado en su totalidad al Reino Saudí “para la seguridad alimentaria de su población”.
¿Qué ganaría Chaco con esto? “Teóricamente, el desarrollo de una zona que está abandonada a la extrema pobreza, además de la infraestructura que se dejaría instalada en la zona”, explica a Día a Día Rolando Núñez, titular del Centro Nelson Mandela, y uno de los principales referentes de la lucha contra el proyecto.
Él está seguro de que no habrá ganancia tal, de que la tierra será devuelta en calidad de “esqueleto”, en situación “desértica”, luego de que “los árabes se hayan llevado todo”, dejando a su paso un desastre no sólo ecológico.
Por ello, el Mandela y varias organizaciones campesinas y defensoras de pueblos originarios han intensificado su movilización, para, por así decirlo, aprovechar el viento de cola que dejan las protestas contra la minería en las provincias andinas, también con gobiernos de color kirchnerista.
“Para nosotros son lo mismo”, reitera Núñez, y anticipa un rechazo social tan grande e importante como el destapado en La Rioja y Catamarca. La semana pasada, tuvieron una primera marcha.
Silencio y ambigüedad.
Las organizaciones aseguran que, desde que el memorando se hizo público (no por decisión oficial), el Gobierno chaqueño se ha mostrado poco dispuesto a compartir información al respecto. Se sabe que la explotación de los árabes sería en El Impenetrable, y poco más.
La última información dice que el emprendimiento se dividiría en dos enclaves: unas 80 mil hectáreas en el llamado Interfluvio, aguas arriba de La Estancia, con destino de parque nacional La Fidelidad, y una superficie ignorada entre la pequeña localidad llamada Comandancia Frías y Fortín Belgrano, punto tripartito de Chaco, Formosa y Salta (ver mapa).
Las tierras a entregar, según denuncian, alcanzarían un total de 400 mil hectáreas, extendiéndose el emprendimiento desde La Fidelidad hasta la localidad Wichi.
Como sea, denuncian que “el proyecto desvirtuaría y desnaturalizaría las pautas de administración de tierras fiscales previstas por la Constitución Provincial”, que “descarta la entrega del uso y de la explotación de las tierras en latifundios” y “protege el bosque nativo chaqueño”.
El resultado, aseguran, no sólo favorecería la acumulación de tierras, sino que devastaría, también, las tierras arrendadas, que serían devueltas “sobreexplotadas, sin la protección del monte nativo”, e inevitablemente degradadas “hasta la desertificación”.
Mucho en contra, y aún no se habló de quienes habitan las tierras.
Mucho en contra, y aún no se habló de quienes habitan las tierras.
Los norteños.
“El modelo extractivista orientado a la irracional expansión de la frontera agropecuaria, ganadera y forestal tiene como principales víctimas a los pueblos originarios y a los pequeños productores y minifundistas, que son expulsados de sus tierras y a los sectores más empobrecidos de las ciudades”, denunciaron días atrás distintas agrupaciones chaqueñas, en un comunicado.
Según ellos, el Gobierno sostiene que gran parte las tierras que entregará a la Alkhorayef están deshabitadas. Núñez asegura que “no es tan así”, que “en las zonas donde se desarrollaría el emprendimiento están los ‘norteños’, criollos que viven de la cría de chivos, pequeños minifundistas”.
“Hacen un poco de pastura bajo monte, cortan algunos palos para comercializar la madera y así van tironeando. Se trata de gente que tiene una economía de subsistencia”, cuenta Núñez.
“Hacen un poco de pastura bajo monte, cortan algunos palos para comercializar la madera y así van tironeando. Se trata de gente que tiene una economía de subsistencia”, cuenta Núñez.
Desde el Instituto de Cultura Popular (Incupo), Adriana Rodríguez explica: “El Gobierno puede decir que no hay nadie en esas tierras, porque en ningún momento ha realizado un relevamiento detallado de las familias que, desde hace 50 y hasta 80 años, ocupan territorios que se dicen fiscales”.
Más aún, Rodríguez asegura que a los campesinos se los engaña para que no se registren. Se les dice que no es necesario hacerlo, que lo que ocupan es poca tierra. “La idea es que no haga ningún trámite y que hoy no tengan ningún derecho adquirido en el papel”, critica.
Días atrás, el ministro de Medio Ambiente de El Chaco, Raúl Codutti, desmintió todas estas acusaciones y aseguró que el Gobierno no cederá los territorios de El Impenetrable. “La a idea es desarrollar la región, pero con la participación de los pobladores locales”, dijo.
Núñez no lo cree así. “El emprendimiento es a gran escala y de alta tecnología, con mínima demanda de mano de obra”, dispara. La poca mano de obra requerida será calificada y no hablará el español, creen. “Es todo verso. Este modelo no contempla la creación de puestos de trabajo”, lamenta.
Núñez no lo cree así. “El emprendimiento es a gran escala y de alta tecnología, con mínima demanda de mano de obra”, dispara. La poca mano de obra requerida será calificada y no hablará el español, creen. “Es todo verso. Este modelo no contempla la creación de puestos de trabajo”, lamenta.
Para él, “a lo sumo van a relocalizar a los ‘norteños’”, pero, en el más probable de los casos, “los van a pasar por encima”. Por eso, asiente a la posibilidad de que, “además del desastre ecológico”, El Impenetrable chaqueño vaya a ser víctima, una vez más, de “un desastre humanitario”.
Fuente: Dia a Dia
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