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Contra los monocultivos y minería contaminantes y a favor de la Soberanía Alimentaria y de un Proyecto Nacional Sustentable

8 de julio de 2011

Transgénicos: Neoliberales los vetan; “socialistas del siglo XXI” los legalizan

Transgénicos: Neoliberales los vetan; “socialistas del siglo XXI” los legalizan

El saliente gobierno peruano de Alan García aprobó recientemente el uso de transgénicos mediante un Decreto y se anticipaba que a partir de 2012 la vecina nación se vería inundada de productos altamente peligrosos para la salud, la biodiversidad y su gastronomía, sin embargo, el Congreso decidió frenar por diez años este proceso. Mientras en Bolivia la Asamblea Legislativa dio luz verde para el ingreso de estos productos y el presidente Evo Morales promulgó la Ley de Revolución Productiva Comunitaria Agropecuaria que amplía el uso de transgénicos a otros cultivos.

El Congreso de la República de Perú aprobó los primeros días de junio la moratoria para impedir el ingreso de Organismos Vivos Modificados (OVM) con fines de cultivo, crianza o de cualquier índole. De esta manera se quiere evitar que los productos transgénicos afecten la biodiversidad del país. La propuesta fue aprobada en forma unánime con 50 votos a favor, cero en contra y dos abstenciones, exonerada de una segunda votación.
El parlamentario José Saldaña recordó que los biólogos han pedido archivar el proyecto en debate porque ya existe una ley al respecto, mientras la legisladora Yaneth Cajahuanca sugirió dejar el proyecto para la próxima gestión.
Los productos transgénicos son aquellos que fueron modificados genéticamente, en el que el ADN ha sido modificado para que resista los embates del medio ambiente, así como para soportar insecticidas, gérmenes o plagas de insectos.
El Ministerio de Agricultura del gobierno peruano había aprobado el pasado mes el Reglamento Interno Sectorial de Bioseguridad Para el Uso de Productos Transgénicos en Actividades Agropecuarias y Forestales. La norma disponía la creación de un Grupo Técnico Sectorial que se encargaría de la evaluación y gestión de riesgo de cualquier actividad que emplee transgénicos. Se establecía que, mediante un dictamen, el Instituto Nacional de Innovación agraria (INIA) sería la entidad que autorice el registro de riesgos.
El informe que procede del vecino país señalaba que sólo se admitirían las solicitudes de transgénicos que ya hubieran sido probados en otros países. Por ello, el solicitante debería incorporar en su expediente información de otras solicitudes ya presentadas en el extranjero.
También precisa que el transporte, envasado y rotulado se debe realizar de acuerdo con las disposiciones de la evaluación de riesgo para cada caso. Las personas naturales o jurídicas que detecten usos no autorizados de transgénicos podrán denunciarlos.
Esta determinación, cuya influencia proviene principalmente de Estados Unidos, parece haber originado una reacción en pleno suelo estadounidense en este país los agricultores tuvieron que abandonar cinco mil hectáreas de soya transgénica y otras cincuenta mil están gravemente amenazadas debido a una “mala hierba” conocida como el amaranto y que en el Perú se la conoce como kiwicha. Este producto parece haberse decidido oponerse a la transnacional Monsanto, tristemente célebre por su producción y comercialización de semillas transgénicas.
Resulta que en 2004 un agricultor de Atlanta comprobó que algunos brotes de amaranto resistían al poderoso herbicida Roundup. Los campos víctimas de esta invasora “mala hierba” habían sido sembrados con granos Roundup Ready, que contienen una semilla que recibió un gen de resistencia al herbicida.
Desde entonces la situación empeoró y el fenómeno se extendió a Carolina del Sur y del Norte, Arkansas, Tennessee y Missouri. Según un grupo de científicos británicos del Centro para la Ecología y la Hidrología, se ha producido una transferencia de genes entre la planta modificada genéticamente y algunas hierbas indeseables como el amaranto.
Esta constatación contradice las afirmaciones de los defensores de los organismos modificados genéticamente (OMG): una hibridación entre una planta modificada genéticamente y una planta no modificada es simplemente “imposible”.
Según el genetista británico Brian Johnson, “basta con un solo cruce logrado entre varios millones de posibilidades. Una vez creada, la nueva planta posee una enorme ventaja selectiva y se multiplica rápidamente. El potente herbicida que se utiliza aquí, Roundup, a base de glifosato y de amonio, ejerció una presión enorme sobre las plantas, las cuales aumentaron aún más la velocidad de la adaptación”. Así, al parecer un gen de resistencia a los herbicidas ha dado nacimiento a una planta híbrida surgida de un salto entre el grano que se supone protege y el humilde amaranto, que se vuelve imposible de eliminar.
La única solución es arrancar a mano las malas hierbas, como se hacía antes, pero esto ya no es posible dadas las enormes dimensiones de los cultivos. Además, al estar profundamente arraigadas, estas hierbas son muy difíciles de arrancar con lo que, simplemente, las tierras fueron abandonadas.
El diario inglés The Guardian publicaba un artículo de Paul Brown que revelaba que los genes modificados de cereales habían pasado a plantas salvajes y creado un “supergrano” resistente a los herbicidas, algo “inconcebible” para los defensores de las semillas transgénicas.
Resulta hasta paradójico constatar que el amaranto o kiwicha, considerada ahora una planta “diabólica” para la agricultura genética, es una planta sagrada para los incas. Pertenece a los alimentos más antiguos del mundo. Cada planta produce una media de 12.000 granos al año y las hojas, más ricas en proteínas que la soya, contienen vitaminas A y C, y sales minerales.
El caso de Bolivia
En Bolivia, la presión por parte del sector empresarial para utilizar los transgénicos fue respaldada con el proyecto de Ley de la Revolución Productiva Comunitaria Agropecuaria que fue sancionada por la Asamblea Legislativa y el pasado 27 de junio fue promulgada por el presidente Evo Morales en un acto deslucido por la inasistencia de organizaciones campesinas e indígenas.

El acto de promulgación contó con muy poca asistencia y el escenario del Coliseo Cerrado Julio Borelli resultó ser muy grande para un evento de tanta trascendencia. Los organizadores no lograron cubrir los casi diez mil asientos que tiene este escenario al cual tampoco asistieron la mayor parte de los ministros. El XXI Congreso de la Federación Única de Trabajadores Campesinos de La Paz “Túpac Katari” que se desarrolló días antes en el mismo escenario atrajo a un mayor número de asistentes, según se pudo comprobar.
La bandeja superior del escenario estaba completamente vacía, mientras que la mitad de la bandeja inferior, donde ingresa la mayor cantidad de asistentes, fue llenada con funcionarios de distintas reparticiones, algunas organizaciones campesinas y un reducido grupo de los denominados “Ponchos Rojos”.
En un principio estaba previsto que la norma sea promulgada en la sede de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), pero los organizadores pensaron que para un acto de tamaña trascendencia se debería elegir un local mucho más grande por lo que se decidió alquilar el Coliseo Cerrado que tiene una capacidad para casi 10 mil personas.
La norma que fue promulgada tiene el objetivo de garantizar la seguridad alimentaria, pero fue rechazada por los pueblos indígenas y sectores campesinos que se oponen al ingreso de transgénicos, por lo que anunciaron que organizaran una resistencia con distintas medidas para evitar que la reglamentación de la ley facilite el ingreso de organismos genéticamente modificados.
En la cancha del Coliseo se instaló la tarima donde se ubicaron el presidente Evo Morales, el vicepresidente Álvaro García, el presidente de la Cámara de Diputados Héctor Arce, el ministro de la Presidencia Carlos Romero y otros tres ministros más que acompañaron al Mandatario. Se notó la poca presencia de dirigentes campesinos y no dejo de llamar la atención que tampoco estuviera presente la ministra de Desarrollo Rural y Tierras Nemesia Achacollo.
Esto debido a que gran parte de las organizaciones campesinas e indígenas rechazaron la norma porque denunciaron que abre la agricultura boliviana al uso de productos genéticamente modificados que son más conocidos como transgénicos.
Por ejemplo, mientras el Presidente promulgaba la ley y compartía una fiesta para celebrar el aniversario de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), en Trinidad los líderes de los 34 pueblos aglutinados en la Confederación de Pueblos Indígenas de Bolivia (CIDOB) concluían una reunión donde entre otras cosas determinaron exigir cambios en la norma, principalmente en los artículos 15 y 19 que hacen referencia precisamente a los transgénicos.
El presidente de la Asamblea del Pueblo Guaraní (APG), Celso Padilla, dijo que la conclusión de los pueblos indígenas es que en el tema de los transgénicos la ley confunde, porque por un lado lo aprueba y por el otro lo controla y prohíbe, pero además prioriza el interés comercial antes que el consumo humano.
Los únicos que decidieron acompañar al Presidente en la promulgación de la Ley de Revolución Productiva fueron el máximo dirigente de la CSUTCB, Roberto Coraite y representantes de la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas e indígenas de Bolivia Bartolina Sisa.
Pese a que la norma permite el ingreso de productos transgénicos, el ministro de la Presidencia Carlos Romero señaló que no fomenta ni promueve el uso de productos genéticamente modificados, “la ley en ningún momento se ha planteado promover, fomentar los transgénicos. Por el contrario, prohíbe los transgénicos\", dijo.
El artículo 19, inciso 5 señala textualmente “se establecerán disposiciones para el control de la producción, importación y comercialización de productos genéticamente modificados”.
Ataques
La promulgación de la Ley de Revolución Productiva fue el momento que aprovechó el Presidente Evo Morales para atacar a las Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y a los disidentes del MAS que hicieron una alianza en Cochabamba. “Oportunistas y divisionistas”, fueron los términos que utilizó el gobernante para atacar a los que decidieron optar por una nueva alianza política y para las organizaciones que trabajan con los sectores campesinos, “las ONG solo quieren usarnos para sus intereses”, dijo al referirse a algunas organizaciones que censuraron la aprobación de esta ley.
Respecto a los disidentes masistas dijo que estos ex funcionarios y dirigentes antiguos del MAS “cuando no tienen pega se convierten en críticos del gobierno y por eso creo que son oportunistas, son gente infiltrada que se dijo del cambio para alcanzar un puesto de trabajo”.
Morales señaló que su principal responsabilidad es la de mejorar el futuro de las próximas generaciones y volvió a criticar a las anteriores gestiones gubernamentales por no pensar en ellos. Incluso abrió la posibilidad de elaborar una nueva tesis política que debe ser lanzada al mundo. Mirando a su Vicepresidente señaló que “ya es hora de que se elabore una nueva tesis política para el mundo” a tiempo de resaltar que las políticas del actual gobierno son exportadas, mientras que en el pasado se importaban.
Por su parte, Roberto Coraite aprovechó la oportunidad para denunciar que existe un afán de división dentro del movimiento campesino y acusó al dirigente del Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qullasuyu (CONAMAQ) Rafael Quispe de ser un agente de la derecha.
Algunos medios periodísticos calculan que existían alrededor de tres mil personas y cuando se cerró el acto el escenario quedó con muy poca cantidad de gente debido a lo extenso del programa.
Coraite intentó minimizar las grandes ausencias señalando que los dirigentes transmitieron la invitación para este “día histórico”, pero que por distintos motivos no pudieron llegar al escenario.
Morales puso plazo para que arranque de manera definitiva la denominada revolución agraria fijando el 2 de agosto de este año como fecha límite y solicitó en esta oportunidad que “la dirigencia elija un departamento para relanzar en base a esta ley la revolución agraria, organicen un gran acto”.
El dirigente del CONAMAQ Rafael Quispe cuestionó al Presidente por la autorización para el ingreso de semillas genéticamente modificadas, “con mucha preocupación hemos escuchado que el artículo 15 y 19 dan paso a la introducción de semillas transgénicas y esos elementos dañan al Estado plurinacional; es como violar la Constitución Política del Estado”.

Consultado respecto a cuál será la instancia que realice el control del ingreso de productos transgénicos, el Ministro de la Presidencia señaló que será el Servicio de Sanidad Agropecuaria e Inocuidad Alimentaria (SENASAG), el Instituto Nacional de Innovación Agropecuaria Forestal (INIAF) y el Comité de Bioseguridad quienes se encargarán de esta tarea, para lo cual se deberán destinar mayores recursos por parte del gobierno, las gobernaciones y las propias alcaldías. Además que se encargarán de verificar el etiquetado de todos los productos transgénicos que ingresen al país.
Los periodistas que cubrieron el evento comentaron que había muy poca cantidad de gente en referencia incluso a otros eventos, por lo que se les hizo mucho más fácil poder disponer de espacio para registrar el acto.
En medio de las dos bandejas se instalaron las banderas de algunas federaciones de campesinos, las identificaciones de algunas reparticiones estatales y dos organizaciones vecinales, con lo cual quedó demostrado que atrás quedaron aquellas masivas concentraciones de campesinos.
Consumimos transgénicos
La portavoz de Greenpeace, Cristina Caleandro, explicó al medio La Gran Época (www.lagranepoca.com) en una presentación llamada “Terra Futura”en Florencia, Italia, que, “al momento que a los animales se les está dando alimentos transgénicos diariamente, este es consumido por el hombre a través de la leche, el queso y todos los productos derivados, como también por la carne”.
“No solo están en la carne, sino en la mayoría de las conservas”, agregó Cristina Caleandro. “Estas incluyen entre sus productos, la soya, el maíz, aceites y otros transgénicos. Además en los escaparates de los supermercados se encontró un aceite, como es el caso del \'Ventamaro\', que se fabrica en combinación con maíz transgénico\".
Los aceites, el maíz, las papas, la soya etc, modificados genéticamente y en diversos agregados, se usan en muchos productos como dulces, galletas y otros alimentos que se consumen a diario, sin una obligación de etiquetado.
En la revista de la Universidad Nacional de México, UNAM, la doctora Úrsula Oswald Spring, en su informe del uno de enero de 2001, nombró algunos casos clínicos.
El complemento dietético común L-triptófano fue manipulado genéticamente y en 1998 causó la muerte de 37 norteamericanos y la invalidez de cerca 5 mil personas, antes de ser prohibido por la Food and Drug Administration (FDA), que regula la política alimentaria de Estados Unidos.
Fármacos manipulados genéricamente causaron el Síndrome Eosinophilia Myalgia (SEM), la cual provoca severos trastornos sanguíneos. Fue elaborada por la compañía farmacéutica japonesa Showa Denko, la que reconoció haber usado estos productos genéticamente modificados.
Papas dañaron el sistema inmunológico de mamíferos, y el investigador Arpad Purstai encontró que las papas estaban manipuladas con un promotor viral CaMv, que incluye una toxina que daña el sistema inmunológico. Las papas provocaron severos trastornos estomacales.
Se detectó aumento de toxinas y alergenos en las plantas manipuladas con transgénicos. Este estudio lo desarrolló el mismo grupo científico de Arpad Pusztai. Dicho científico detectó además que eran capaces de producir nuevas toxinas y alergenos desconocidos. El investigador informó que no recibió apoyo para continuar las investigaciones.
Una soya modificada genéticamente con una Nuez de Brasil aumentó las alergias a distintos alimentos. Se detectó que un 8% de los niños de Estados Unidos presentaron desde síntomas leves hasta la muerte súbita. El estudio lo desarrolló la Universidad de Nebraska, el cual estimó que la combinación de genes, y diversos transgénicos aumentaron la vulnerabilidad de las personas sensibles y trastornaron su sistema inmunológico.
Se detectó que los beneficios de los fito-estrógenos en los alimentos manipulados genéticamente se reducen. Fue un estudio de Marc Lappe en 1999 publicado en el Journal of Medicinal Food, el cual determinó que se reducen los protectores naturales del organismo contra padecimientos cardiovasculares y tumores malignos. Determinó que los productos transgénicos alteran las defensas naturales del ser humano y aumentan las enfermedades severas al no prevenir correctamente los procesos infecciosos y degenerativos del cuerpo.
Aumento del cáncer de mamas y el cáncer de próstata sobre un 180%, por ingerir carne y leche de animales tratados con semillas u hormonas transgénicas. Al respecto el estudio de la UNAM hace mención que en Estados Unidos, una de cada tres personas se ven expuestas a un diagnóstico de tumores por consumir la Hormona de Crecimiento Bovino genética. (rBGH).
El medio Raw Wisdom indica que en 1994 la FDA de EE.UU., aprobó la rBGH, hormona de crecimiento genético de la firma Monsanto. El doctor Samuel Epstein de la Universidad de Chicago indicó que el riesgo de cáncer de mamas y próstata, por esta causa, aumentó a más de 400 a 500%. El estudio fue posteriormente confirmado en el laboratorio con el uso de ratas.
Se suponía que la hormona debía ser destruida en la pasteurización del producto que normalmente dura 30 segundos. Sin embargo, en los estudios se reveló que con más de media hora de hervir la leche, solo un 19% de la hormona era destruida.
Según Raw Wisdom, los encargados de la política alimentaria de EE.UU., en la FDA, tanto Margaret Miller, directora Delegada del Servicio de Consulta en Salud Humana, como Michael Taylor, asistente ejecutivo del Director FDA, fueron intercalando su trabajo con periodos de tiempo para la firma Monsanto y otros para la FDA, razón por la cual productos que se prohibieron en Canadá, Nueva Zelanda, y Australia, no se prohibieron en Estados Unidos.
Vacas tratadas con transgénicos requieren más antibióticos, y estos pasan al organismo humano al ingerir la leche, sus derivados y la carne.
Se comprobó el uso de antibióticos en el maíz genéticamente modificado, y este también se traspasaría al ser humano. En 1998 la British Royal Society, detectó que se estaba usando una ampicilina en el gen. Solo se prohibió el uso de la ampicilina ya que crearía resistencia en el ser humano.
Se descubrió que los alimentos modificados traen toxinas internas. Esto se refiere a los transgénicos que traen dentro sus propios pesticidas, toxinas de la cual luego el ser humano se alimenta. El impacto a la salud es a largo plazo, pues el cuerpo inicia a eliminar estas toxinas hasta que sobrepasa su límite.


Carta en repudio de ley de transgenicos en Bolivia





Compañero/as,


Les escribimos  porque diversas Instituciones y Organizaciones sociales, reunidas de emergencia el día jueves 9 de junio en Cochabamba (Bolivia), ante el anuncio de la legalización del uso de transgénicos en Bolivia mediante la Ley de Revolución Productiva que actualmente se tramita en la Asamblea Legislativa y que se espera sea promulgada en los próximos días, nos pronunciamos unánime y contundentemente rechazando este intento.


En la carta al Presidente Evo Morales que pueden ver acá abajo, expresamos nuestras razones.




Sr. Evo Morales
Presidente del Estado Plurinacional de Bolivia

De nuestra consideración.-




Como es de su conocimiento, la seguridad y soberanía alimentaría se basa  fundamentalmente en la propiedad social de las semillas, base de la producción de alimentos, recurso vital para cualquier país del mundo.
Ese concepto esta muy claro para las empresas transnacionales de semillas que son también dueñas de los agroquímicos.  Es decir, se trata de todo un paquete tecnológico destinado a fortalecer el poder de dichas empresas sobre la vida. Las mismas tienen muy claro ese objetivo y en torno a ello, especulan con los alimentos, generando crisis que son agudizadas por la ineficiente gestión de las políticas agroalimentarias.
Bolivia es uno de los ocho países mas ricos en biodiversidad y recursos genéticos del planeta y como ejemplo tenemos que nuestro país es centro de origen de muchos recursos genéticos como es el caso de la papa, el maíz, cereales, frutas, quinua y otros miles de cultivos andinos y amazónicos, fuente de vida de nuestros pueblos.  Recursos que son la base de un verdadero proceso de desarrollo, ya que ninguna persona podría  vivir sin alimento, agua y oxígeno. Por esta razón, el sistema capitalista se apropia de los mismos, para controlar las economías de los países atrasados como el nuestro.
La introducción de la soya transgénica a Bolivia,  respondió a intereses particulares y no nacionales. Una prueba de ello, es que dicho material genético fue introducido de contrabando por un productor brasileño, el mismo que no fue sancionado y más bien premiado en la gestión del ex – Presidente Carlos Mesa, con un Decreto interministerial que autoriza temporalmente esta introducción ilegal. Sin embargo y cuando los bolivianos esperábamos lo contrario en el marco del proceso de cambio, en su gestión de gobierno la siembra de soya transgénica se ha incrementado del 40 al 85% , en el marco del comercio “legal” de 48 variedades de soya transgénica, que han tenido como consecuencia el incremento de mas del 300% en el uso de herbicidas, fungicidas é insecticidas, generando un alto impacto social y ambiental en nuestro país y debilitando la investigación é innovación tecnológica que durante años llevaron a cabo los centros de investigación y producción de semillas nacionales.
A mas de cinco años de haber autorizado ilegalmente esta introducción que pone en serio peligro la seguridad y soberanía alimentaria, además de la competitividad de la soya boliviana en el mercado internacional, la realidad en el campo nos muestra un panorama diferente al que nos pintaron las empresas de agronegocios de semillas transgénicas,  las mismas que ha generado mas problemas que soluciones a los productores del sector y que son los siguientes:
1. La soya transgénica es mas susceptible a la roya
2. La soya transgénica ha tenido menores rendimientos que la no trasngénica
3. La soya transgénica se ha convertido en una maleza resistente a los herbicidas y ahora el productor debe gastar más en herbicidas.
4. La soya transgénica esta contaminando los silos y la maquinaria agrícola de los productores que están vendiendo soya no transgénica a EMAPA, y con graves consecuencias para las empresas procesadoras de alimentos para el consumo humano.
Ahora con el proyecto de Ley que autoriza el uso de transgénicos y que pretende aprobar la Asamblea Plurinacional,  le toca el turno al maíz, arroz, trigo, caña, cultivos fundamentales en la dieta diaria de los bolivianos y base de la seguridad y soberanía alimentaria. ¿Queremos repetir la experiencia de la soya en otros cultivos?
En la Argentina, se ha recomendado el uso de semillas convencionales de maíz  porque no existe diferencia en el rendimiento con el maíz transgénico. Ese stock de semillas transgénicas que no venderán las empresas transnacionales, seguramente serán destinadas a la comercialización en Bolivia, generando contaminación en cientos de variedades de maíz nativo, patrimonio del estado boliviano y por lo tanto de las comunidades que durante siglos las han conservado, multiplicado y sembrado para la alimentación de millones de bolivianos. ¿De esta manera defenderemos los derechos de la Madre Tierra?
En referencia al  proyecto de Ley de Revolución Productiva Comunitaria y Agropecuaria que deja abierta la puerta a la legalización  de los cultivos transgénicos existentes y su ampliación a otros organismos genéticamente modificados, exigimos claridad en este tema y que se establezca en el contenido de la ley la prohibición del ingreso, producción, importación, comercialización y consumo de todos los transgénicos así como los paquetes tecnológicos vinculados a ellos, de los que forman parte los agrotóxicos, debido a que:


• Muestra incoherencia con el artículo 255 inciso 8 de la Constitución, la Ley 3525 y fundamentalmente con los Derechos de la Madre Tierra y el Buen Vivir que su gobierno pregona.
• Las semillas transgénicas acaban con la seguridad y soberanía alimentaria y no con el hambre ya que desplazan a los cultivos destinados a la alimentación humana.
• Las grandes transnacionales del agronegocio y los empresarios latifundistas son los únicos que se enriquecen con los paquetes tecnológicos asociados a los transgénicos, en desmedro de los pequeños productores.
• Está comprobado que los transgénicos y el modelo al que se asocia constituyen un atentado a los derechos humanos y de los Pueblos, es un una nueva forma de colonización.
• Las y los campesinos, pueblos y comunidades productoras seguirán perdiendo la propiedad de las semillas, pagando patentes a las empresas transnacionales cuando adquieran las mismas o cuando sus campos se contaminen por los transgénicos.
• La introducción de semilla transgénica atenta contra la fauna y flora microbiana de los suelos y los agroquímicos asociados contaminan el agua y la tierra, por tanto destruyen la Madre Tierra.
• Estudios científicos han demostrado los riesgos para la salud humana que comportan los transgénicos y establecen la aplicación del principio precautorio y por ello varios países entre otros Italia, Grecia, Suiza, Alemania y recientemente Perú han declarado moratorias de varios años a los transgénicos.
• Los transgénicos forman parte de un modelo agroexportador que implica monocultivos a gran escala, por tanto la ampliación permanente de la frontera agrícola, destruyendo bosques que no son aptos para la agricultura y que son fuente de biodiversidad y hábitat de los pueblos originarios.


La seguridad y soberanía alimentaria que tanto le preocupa a Usted y a nosotros se consiguen desmantelando el modelo primario agroexportador e implementando políticas soberanas que fortalezcan de manera eficiente, adecuada y ecológicamente sostenible la producción de los alimentos para los/as bolivianos/as.


Tenemos la seguridad de que esta exigencia será positivamente atendida de acuerdo a su política de mandar obedeciendo al pueblo.

Fuente:


Transgénicos: Manipulación genética ¿y cultural?

Maya Rivera Mazorco y Sergio Arispe Barrientos

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