La variedad de maíz MON810, transgénico producido por Monsanto, ha sido prohibida para su cultivo y comercialización en 8 países europeos: Polonia, Bélgica, Gran Bretaña, Bulgaria, Francia, Alemania, Irlanda y Eslovaquia.
Con varias investigaciones en contra y evidencia de las consecuencias nefastas que provocan tanto en el suelo donde se siembran como en los seres vivos que entran en contacto con ellas, las semillas de Monsanto sufrieron un duro revés luego que el gobierno de Polonia decidiera prohibir su uso en el país.
Por medio del Ministro de Agricultura polaco, Marek Sawicki, se anunció hace unos días que la variedad MON810 de maíz quedaba oficialmente prohibida en el país europeo, luego de varias protestas por parte de apicultores y activistas locales que exigían su remoción.
Polonia se suma así a una oleada europea que en los últimos meses ha frenado la presencia de Monsanto en los cultivos del llamado Viejo Continente. Apenas el 9 de marzo pasado Bélgica, Gran Bretaña, Bulgaria, Francia, Alemania, Irlanda y Eslovaquia rehusaron respaldas la propuesta de Dinamarca para permitir la siembra de transgénicos en Europa.
En el caso de Francia, además, recordemos que a finales de febrero un tribunal acusó de envenenamiento a Monsanto en perjuicio de un agricultor francés.
[Ecoosfera]
Guía para entender la problemática del maíz transgénico
Pijama Surf te presenta una guía con los aspectos más relevantes sobre el fenómeno del maíz trangénico; es importante entender las causas y consecuencias de este problema ya que puede afectar el futuro alimenticio y cultural de México y otras naciones latinoamericanas
Recientemente, como informamos aquí en Pijama Surf, autoridades del gobierno mexicano aprobaron 15 de 35 solicitudes de siembra experimental de maíz en México a Monsanto y otras compañías. En los últimos días se han añadido 7 nuevas autorizaciones por lo que ya suman 22. Lo anterior representa un duro golpe a la defensa de la soberanía alimenticia en este país, además de amenazar una planta que es parte esencial de la cosmogonía y el linaje cultural del pueblo mexicano.
El maíz está vinculado con los pueblos indígenas de México (62 etnias con 38 lenguas vivas y 364 variantes linguisticas), de tal manera que atentar contra el maíz es atentar contra sus derechos culturales y de alimentación. De hecho el maíz es, como expresara Guillermo Bonfil, fundamento de la cultura popular mexicana. En torno al ciclo agrícola se gestan conocimientos, ceremonias, fiestas que congregan a las comunidades, propician la música y la danza, las artesanías, platillos especiales, y una organización comunitaria que fortalece el tejido social.
A continuación compartimos a nuestros lectores algunos de los puntos más importantes para entender el fenómeno alrededor de la alteración genética del maíz en México. ¿Qué son los transgénicos y por qué el milenario linaje del maíz corre graves peligros frente a su adulteración genética? Quiénes son los responsables de que esta amenaza este por convertirse en una realidad? Agradecemos mucho la información facilitada por la maestra Cristina Barros para la elaboración de este documento:
¿Qué son los transgénicos?
Organismos a los que se les inserta material genético de especies distintas a la que pertenece mediante técnicas de ingeniería genética. Con estas técnicas, se trascienden las barreras reproductivas que existen entre las diferentes especies, haciendo posible que, por ejemplo, se le inserte un gen de bacteria a una planta.
¿Qué es el maíz transgénico?
Maíz modificado genéticamente mediante técnicas de ingeniería genética, con las que le han agregado genes de organismos lejanos a él. Las dos características más comunes en los maíces transgénicos actuales son: la tolerancia a herbicidas y la resistencia a insectos.
¿Qué daño le hace al campo?
Los posibles daños al campo, que han sido comprobados, es que al introducirse transgenes a variedades nativas de maíz, éstas sufran una descompensación genética y fisiológica. Estas secuencias pueden llegar fácilmente al campo mexicano ya que el maíz es una planta que se poliniza fácilmente y por ello los maíces nativos o criollos pueden contaminarse con polen de maíz transgénico.
Además, las prácticas campesinas implican el intercambio de semillas de sus parcelas. Se considera que parte de la contaminación que ya ha ocurrido en algunos estados de México se debe a que Diconsa importa maíz de Estados Unidos que al llegar aquí se mezcla con el local. Científicos mexicanos opinan que si se llega a la siembra comercial, la contaminación con maíz transgénico nos llevaría a perder las razas y variedades de maíces nativos, desarrolladas a lo largo de miles de años de cultivo.
Por si fuera poco, las secuencias transgénicas están patentadas por lo que si un agricultor presenta estas secuencias en su maíz, las que pueden llegar por polinización (cruza entre un maíz transgénico con uno no transgénico), las compañías que detentan la patente pueden demandarlo. De hecho, hay ya varias demandas de compañías como Monsanto contra agricultores locales, que pasan de víctimas de la contaminación, a acusados de plagio. Los juicios son costosos y muy lejanos a la lógica y los recursos de los campesinos mexicanos. Nuestra cultura tradicional es comunitaria; la otra es mercantil e individualista.
¿En qué consiste la autorización?
Como no ha habido transparencia lo único que sabemos es que de las 35 solicitudes para siembra experimental de maíz transgénico en México, se han aprobado ya quince, pero no se ha dicho cuales. Suponemos que algunas tendrán lugar en Tamaulipas. La experimentación es un primer paso obligatorio dentro de la ley de bioseguridad (después viene cultivo a nivel piloto y luego comercial). Sin embargo, dada la corrupción y la suma de intereses económicos que están detrás de estas maniobras, darán lugar a la siembra comercial de maíz transgénico en México pronto.
¿Es legal la autorización?
Es legal en lo formal, pero la Ley de Bioseguridad que ha dado pie a la autorización es una ley a modo; tan es así que se le conoce como “ley Monsanto”. En Argentina ocurrió lo mismo, había párrafos casi calcados de los argumentos de Monsanto.
Además, se ha actuado con absoluta falta de transparencia; ignoramos cuáles son los permisos que se han otorgado. No se ha informado ni consultado con los habitantes de los estados que serían afectados con la siembra de maíz modificado de las consecuencias que esto traería.
Por otra parte México es signatario del Protocolo de Cartagena; ahí se especifica que los países que sean centro de origen y diversificación de alguna planta, deben prohibir la siembra de variedades transgénicas de ella con base en lo que se conoce como principio precautorio.
Cuando se detectó la presencia de maíz transgénico en Oaxaca en 2002, organizaciones campesinas de ese estado solicitaron la presencia de una comisión tripartita: Canadá, México, Estados Unidos, con base en los acuerdos del TLC. Esa comisión planteó, entre otras recomendaciones, lo siguiente:
“debe aplicarse una moratoria a las importaciones de maíz transgénico en México, hasta en tanto se disponga de un mejor conocimiento respecto de los riesgos para la salud humana, la integridad cultural de los productores de maíz en México y el medio ambiente en general…”
¿Cuáles serán las consecuencias?
La más grave es que las grandes compañías transnacionales se están apoderando del patrimonio genético de los mexicanos, vía la introducción de transgenes patentados, con el propósito de privatizarlo. Si los empresarios agrícolas caen en la trampa de creer que aumentarán sus rendimientos/ingresos, pronto se enfrentarán con algunos de estos escenarios:
Baja de precio del grano si hay por sobreproducción.
De acuerdo con datos de ANEC, México es el principal productor de maíz blanco en el mundo. La coexistencia del maíz blanco y el transgénico no es compatible, ya que el blanco que se produce es para consumo humano y al contaminarse con transgénico se deprecia a maíz forrajero, teniendo pérdidas de hasta 8 mil millones de pesos por año.
Que, como es factible, el maíz no se considere la mejor opción para generar agrocombustibles y se queden “colgados” los empresarios agrícolas que reconvirtieron sus sembradíos ante la falsa expectativa de ganar más y tener el mercado asegurado.
Que se desquicie el campo y los mercados de alimentos, como ha ocurrido en Argentina, por volcar todos los recursos a la siembra de una sola planta. Esto traería más hambre, aumento de precios, mayor dependencia económica, perdida de soberanía, una mayor concentración de la riqueza, y la imposibilidad de autonomía alimenticia de las comunidades campesinas e indígenas.
En el caso de contaminación por transgénicos las consecuencias serían:
Pérdida de los maíces nativos que por milenios han sido adaptados a diversos suelos, climas y humedades. Recordemos que tanto las variedades híbridas como las transgénicas dependen del material genético nativo para ser posibles. Un maíz híbrido pierde sus características de una cosecha a otra, se debilita y necesita de nuevo material que proviene de los maíces nativos.
Imprecisión tecnológica: la imprecisión de la tecnología transgénica es tal, que pueden producirse daños genéticos que deriven en plantas y mazorcas deformes. Hay evidencia de que el polen de plantas transgénicas produce alergias o ciertos daños fisiológicos. La acumulación en el cuerpo humano podría provocar este tipo de efectos.
El problema de la alimentación es particularmente grave, pues si los productores se inclinan por sembrar maíz para su venta y conversión a agrocombustible continuará la escasez de maíz blanco y se repetirán crisis como las de la tortilla de 2007. Esto sin considerar los daños a la salud humana.
Por último, uno de los mayores riesgos actuales para México y el mundo, es que se contaminen los maíces nativos y la cadena productiva del maíz con transgénicos que producen sustancias no alimenticias y/o tóxicas como plásticos biodegradables, solventes, proteínas de uso terapéutico, antidepresivos, etc. A estos transgénicos se les conoce como biorreactores. Estos transgénicos ya existen en Estados Unidos y otros países, donde se está utilizando mucho al maíz para generar estas sustancias.
Más información:
La política de las semillas: cuatro empresas controlan el alimento mundial
Obama nombra a ex vicepresidente de Monsanto ‘Zar’ de Alimentos
Se suicidan en masa 1500 campesinos en la India
Grupo de Fecebook: Fuck Monsanto
http://pijamasurf.com/
Con varias investigaciones en contra y evidencia de las consecuencias nefastas que provocan tanto en el suelo donde se siembran como en los seres vivos que entran en contacto con ellas, las semillas de Monsanto sufrieron un duro revés luego que el gobierno de Polonia decidiera prohibir su uso en el país.
Por medio del Ministro de Agricultura polaco, Marek Sawicki, se anunció hace unos días que la variedad MON810 de maíz quedaba oficialmente prohibida en el país europeo, luego de varias protestas por parte de apicultores y activistas locales que exigían su remoción.
Polonia se suma así a una oleada europea que en los últimos meses ha frenado la presencia de Monsanto en los cultivos del llamado Viejo Continente. Apenas el 9 de marzo pasado Bélgica, Gran Bretaña, Bulgaria, Francia, Alemania, Irlanda y Eslovaquia rehusaron respaldas la propuesta de Dinamarca para permitir la siembra de transgénicos en Europa.
En el caso de Francia, además, recordemos que a finales de febrero un tribunal acusó de envenenamiento a Monsanto en perjuicio de un agricultor francés.
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Recientemente, como informamos aquí en Pijama Surf, autoridades del gobierno mexicano aprobaron 15 de 35 solicitudes de siembra experimental de maíz en México a Monsanto y otras compañías. En los últimos días se han añadido 7 nuevas autorizaciones por lo que ya suman 22. Lo anterior representa un duro golpe a la defensa de la soberanía alimenticia en este país, además de amenazar una planta que es parte esencial de la cosmogonía y el linaje cultural del pueblo mexicano.
El maíz está vinculado con los pueblos indígenas de México (62 etnias con 38 lenguas vivas y 364 variantes linguisticas), de tal manera que atentar contra el maíz es atentar contra sus derechos culturales y de alimentación. De hecho el maíz es, como expresara Guillermo Bonfil, fundamento de la cultura popular mexicana. En torno al ciclo agrícola se gestan conocimientos, ceremonias, fiestas que congregan a las comunidades, propician la música y la danza, las artesanías, platillos especiales, y una organización comunitaria que fortalece el tejido social.
A continuación compartimos a nuestros lectores algunos de los puntos más importantes para entender el fenómeno alrededor de la alteración genética del maíz en México. ¿Qué son los transgénicos y por qué el milenario linaje del maíz corre graves peligros frente a su adulteración genética? Quiénes son los responsables de que esta amenaza este por convertirse en una realidad? Agradecemos mucho la información facilitada por la maestra Cristina Barros para la elaboración de este documento:
¿Qué son los transgénicos?
Organismos a los que se les inserta material genético de especies distintas a la que pertenece mediante técnicas de ingeniería genética. Con estas técnicas, se trascienden las barreras reproductivas que existen entre las diferentes especies, haciendo posible que, por ejemplo, se le inserte un gen de bacteria a una planta.
¿Qué es el maíz transgénico?
Maíz modificado genéticamente mediante técnicas de ingeniería genética, con las que le han agregado genes de organismos lejanos a él. Las dos características más comunes en los maíces transgénicos actuales son: la tolerancia a herbicidas y la resistencia a insectos.
¿Qué daño le hace al campo?
Los posibles daños al campo, que han sido comprobados, es que al introducirse transgenes a variedades nativas de maíz, éstas sufran una descompensación genética y fisiológica. Estas secuencias pueden llegar fácilmente al campo mexicano ya que el maíz es una planta que se poliniza fácilmente y por ello los maíces nativos o criollos pueden contaminarse con polen de maíz transgénico.
Además, las prácticas campesinas implican el intercambio de semillas de sus parcelas. Se considera que parte de la contaminación que ya ha ocurrido en algunos estados de México se debe a que Diconsa importa maíz de Estados Unidos que al llegar aquí se mezcla con el local. Científicos mexicanos opinan que si se llega a la siembra comercial, la contaminación con maíz transgénico nos llevaría a perder las razas y variedades de maíces nativos, desarrolladas a lo largo de miles de años de cultivo.
Por si fuera poco, las secuencias transgénicas están patentadas por lo que si un agricultor presenta estas secuencias en su maíz, las que pueden llegar por polinización (cruza entre un maíz transgénico con uno no transgénico), las compañías que detentan la patente pueden demandarlo. De hecho, hay ya varias demandas de compañías como Monsanto contra agricultores locales, que pasan de víctimas de la contaminación, a acusados de plagio. Los juicios son costosos y muy lejanos a la lógica y los recursos de los campesinos mexicanos. Nuestra cultura tradicional es comunitaria; la otra es mercantil e individualista.
¿En qué consiste la autorización?
Como no ha habido transparencia lo único que sabemos es que de las 35 solicitudes para siembra experimental de maíz transgénico en México, se han aprobado ya quince, pero no se ha dicho cuales. Suponemos que algunas tendrán lugar en Tamaulipas. La experimentación es un primer paso obligatorio dentro de la ley de bioseguridad (después viene cultivo a nivel piloto y luego comercial). Sin embargo, dada la corrupción y la suma de intereses económicos que están detrás de estas maniobras, darán lugar a la siembra comercial de maíz transgénico en México pronto.
¿Es legal la autorización?
Es legal en lo formal, pero la Ley de Bioseguridad que ha dado pie a la autorización es una ley a modo; tan es así que se le conoce como “ley Monsanto”. En Argentina ocurrió lo mismo, había párrafos casi calcados de los argumentos de Monsanto.
Además, se ha actuado con absoluta falta de transparencia; ignoramos cuáles son los permisos que se han otorgado. No se ha informado ni consultado con los habitantes de los estados que serían afectados con la siembra de maíz modificado de las consecuencias que esto traería.
Por otra parte México es signatario del Protocolo de Cartagena; ahí se especifica que los países que sean centro de origen y diversificación de alguna planta, deben prohibir la siembra de variedades transgénicas de ella con base en lo que se conoce como principio precautorio.
Cuando se detectó la presencia de maíz transgénico en Oaxaca en 2002, organizaciones campesinas de ese estado solicitaron la presencia de una comisión tripartita: Canadá, México, Estados Unidos, con base en los acuerdos del TLC. Esa comisión planteó, entre otras recomendaciones, lo siguiente:
“debe aplicarse una moratoria a las importaciones de maíz transgénico en México, hasta en tanto se disponga de un mejor conocimiento respecto de los riesgos para la salud humana, la integridad cultural de los productores de maíz en México y el medio ambiente en general…”
¿Cuáles serán las consecuencias?
La más grave es que las grandes compañías transnacionales se están apoderando del patrimonio genético de los mexicanos, vía la introducción de transgenes patentados, con el propósito de privatizarlo. Si los empresarios agrícolas caen en la trampa de creer que aumentarán sus rendimientos/ingresos, pronto se enfrentarán con algunos de estos escenarios:
Baja de precio del grano si hay por sobreproducción.
De acuerdo con datos de ANEC, México es el principal productor de maíz blanco en el mundo. La coexistencia del maíz blanco y el transgénico no es compatible, ya que el blanco que se produce es para consumo humano y al contaminarse con transgénico se deprecia a maíz forrajero, teniendo pérdidas de hasta 8 mil millones de pesos por año.
Que, como es factible, el maíz no se considere la mejor opción para generar agrocombustibles y se queden “colgados” los empresarios agrícolas que reconvirtieron sus sembradíos ante la falsa expectativa de ganar más y tener el mercado asegurado.
Que se desquicie el campo y los mercados de alimentos, como ha ocurrido en Argentina, por volcar todos los recursos a la siembra de una sola planta. Esto traería más hambre, aumento de precios, mayor dependencia económica, perdida de soberanía, una mayor concentración de la riqueza, y la imposibilidad de autonomía alimenticia de las comunidades campesinas e indígenas.
En el caso de contaminación por transgénicos las consecuencias serían:
Pérdida de los maíces nativos que por milenios han sido adaptados a diversos suelos, climas y humedades. Recordemos que tanto las variedades híbridas como las transgénicas dependen del material genético nativo para ser posibles. Un maíz híbrido pierde sus características de una cosecha a otra, se debilita y necesita de nuevo material que proviene de los maíces nativos.
Imprecisión tecnológica: la imprecisión de la tecnología transgénica es tal, que pueden producirse daños genéticos que deriven en plantas y mazorcas deformes. Hay evidencia de que el polen de plantas transgénicas produce alergias o ciertos daños fisiológicos. La acumulación en el cuerpo humano podría provocar este tipo de efectos.
El problema de la alimentación es particularmente grave, pues si los productores se inclinan por sembrar maíz para su venta y conversión a agrocombustible continuará la escasez de maíz blanco y se repetirán crisis como las de la tortilla de 2007. Esto sin considerar los daños a la salud humana.
Por último, uno de los mayores riesgos actuales para México y el mundo, es que se contaminen los maíces nativos y la cadena productiva del maíz con transgénicos que producen sustancias no alimenticias y/o tóxicas como plásticos biodegradables, solventes, proteínas de uso terapéutico, antidepresivos, etc. A estos transgénicos se les conoce como biorreactores. Estos transgénicos ya existen en Estados Unidos y otros países, donde se está utilizando mucho al maíz para generar estas sustancias.
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