El Espacio Multidisciplinario de Interacción Socio Ambiental de la Universidad la Plata (EMISA), que dirige el Doctor Damián Marino, investiga el uso de plaguicidas en los alimentos, como también el derecho al agua segura en cada territorio. Acompañan el trabajo de los consejos escolares y sus autoridades, respecto a las fumigaciones en las escuelas rurales que en palabras de Marino es “es un atentado porque las fumigan sin piedad”. Por Federico Paterno
El grupo de trabajo cuenta con al menos 40 personas de diversas disciplinas, de las Ciencias Sociales y exactas contando con el apoyo económico y político de la Universidad de la Plata.
El trabajo de investigación de EMISA está relacionado en algunos casos con el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) en lo que respecta a los pequeños agricultores con la labor de la Agricultura Familiar y lo hacen de manera de guía para complementar el trabajo. Otra de las instituciones con las que articulan tareas es la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) y la Universidad de Rosario con quién realizan campamentos sanitarios.
¿Qué es un campamento sanitario?
El campamento sanitario es una tarea de campo que llevan adelante los estudiantes de las Universidades en conjunto con médicos y docentes de las mismas. Surge en el 2010 como una evaluación final e integradora del ciclo de la práctica final de la carrera de Medicina. El convenio de trabajo, como sucedió en la localidad de Monte Maíz (Córdoba) , es entre las autoridades universitarias y los funcionarios del lugar.
De los registros epidemiológicos que aparecen luego del relevamiento realizado se llegan a conclusiones como las de Monte Maíz donde los agroquímicos fueron hallados por doquier.
Otro punto importante de los campamentos es la capacitación que brindan a la comunidad donde se efectúa el trabajo territorial. Hay modos de intervención en cuanto a los sistemas de emergencia que deben utilizarse ante cualquier accidente. Sin dejar de hacer mención a los promotores de salud que se crean a partir de los talleres que se brindan, los cuales son todos gratuitos.
LA MESA ESTA SERVIDA
“En la estadística que tenemos, alrededor del 80 % de los productos tienen al menos un compuesto (herbicidas). Alrededor del 70 % tiene al menos tres compuestos, alrededor del 10 % de los productos no cumple con el límite máximo regulatorio, o sea que están fuera de especificación y acá el problema es que para muchos productos no hay límite regulatorio ni en la Argentina ni en el mundo. Se supone que estos compuestos no deberían estar ni en la lechuga ni el tomate, pero hecha la ley hecha la trampa, generalmente son los productos que se encuentran en concentraciones más altas”, explico Damián Marino a Ancap refiriéndose a la presencia de agroquímicos en los alimentos.
Esto surge de la investigación que llevó adelante EMISA en la Ciudad de La Plata; más precisamente en el mercado central con el fin de evaluar qué comida se les sirve a los jóvenes en los comedores infantiles de esta ciudad.
Marino nos explicó también cómo aparece el condicionamiento para con los trabajadores rurales y el uso de los agroquímicos en las cosechas: “vos tenes que aplicar esto sino no te compro la mercadería”, es una de las frases que nos arrojó el Doctor Marino a lo largo de la charla.
ESCUELAS RURALES FUMIGADAS
Marino se refirió a las fumigaciones en las escuelas Rurales como un atentado. Lo hacen sin piedad con los más chicos en los patios de las escuelas y sucede varias veces a la semana.
“Los municipios no dan bolilla a estos reclamos, esto es visible gracias a las directoras que le dedican tanto tiempo a dar clase como a hacer los reclamos, la cuestión es muy grave, en la escuela rural no hay 20 maestras, hay días que está la directora sola dando clase en los distintos grados, los han fumigado y hay casos de chicos que se descomponen, pero la directora no puede llevarlos al hospital, dejando al resto solos. Un papá tarda más de 30 minutos en llegar porque es zona de campo. Los municipios lo ignoran. La escuelas no son consideradas un sitio urbano, por ende son rurales y se las fumiga sin piedad con avión y con mosquito”, advirtió Marino sobre la realidad de las escuelas.
La mayoría de los niños fumigados son hijos o hijas de peones rurales.
El especialista nos brinda una explicación de la expansión del agroquímico en el aire: “En una aplicación de Atrazina hasta el 90 % puede volatilizarse, en un campo lo que se aplique hasta el 90% pasa a la atmosfera. El aire tiene una dinámica tremenda. En el aire de la ciudad de La plata y de grandes ciudades del interior del país y en las zonas rurales las concentraciones aumentan también, el ambiente tiene su dinámica propia. Lo que se usa en los campos, una vez que se inyectó y se volcó, empieza a realizar su ciclo en el ambiente a través del aire; el agua de lluvia lo que hace es lavar, se movilizan las gotas y lo llevan hasta la superficie del cielo. Es una cuestión que se hace de manera natural”. Para tener en cuenta.
Según nos informa Monsanto, Aapresid, Syngenta y las grandes multinacionales del agro la única forma de producción es con los agroquímicos. Sin embargo, el coordinador de EMISA aclara “Nos han convencido que la única manera de producción productiva es el uso de químicos de manera masiva, no hay hoy una salida, ni la intención de generar una agencia nacional desde el punto de vista ambiental, que sería una salida al menos de diagnóstico para ver dónde estamos parados y permita tomar decisiones públicas para ver en qué lugares del país no se pueda aplicar más este tipo de agricultura y, a su vez , en qué lugares aun no han sido impactados y se pueden preservar”.
TODO MIO
Monsanto es dueña del 90% de las semillas transgénicas que se comercializan. Para no perder la memoria recordemos que esta multinacional fue la culpable de fabricar el contaminante PCB, utilizado para los generadores eléctricos que le costó a la empresa 700 millones de dólares tras las más de 3500 víctimas norteamericanas que la denunció.
El Glifosato que produce Monsanto sigue siendo el agroquímico de mayor utilización en Argentina y el Gobierno Nacional continua sosteniendo que no es peligroso ni riesgoso para la salud.
Hay un 35 % de las ganancias (retenciones) que son recibidas por el Gobierno como principal socio a la hora de hablar del monocultivo.
“Queremos ser claros: todos los usos de glifosato incluidos en la etiqueta son seguros para la salud humana, lo que está respaldado en una de las bases de datos de salud humana más extensas en todo el mundo sobre productos agrícolas. De hecho, cada herbicida a base de glifosato en el mercado cumple los rigurosos estándares establecidos por las autoridades regulatorias para proteger la salud humana”, este párrafo es extraído del portal web de Monsanto del pasado mes de Marzo.
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