Científicas tucumanas diseñaron una membrana maleable que
estimula a las células y produce la neo formación ósea en pocas semanas. El
trabajo está en etapa preclínica y se experimenta con éxito en animales.
Un grupo de investigadoras tucumanas busca cómo regenerar
hueso a partir de la combinación de una proteína recombinante humana (rh) la
“Paratohormana” junto a otra proteína “el colágeno”, que está presente en todos
los animales y en abundante cantidad en huesos y piel. A partir de la
combinación de ambas sustancias, se forma una membrana totalmente maleable que
mediante la directiva profesional, es capaz de regenerar tejido óseo en la
forma y cantidad necesarias, en sólo pocas semanas.
La regeneración ósea se vuelve fundamental para los casos de
accidentes dónde se pierde importante cantidad de hueso o como consecuencia del
tratamiento quirúrgico de tumores, quistes o anomalías óseas dónde también existe
pérdida de hueso. Ocurre una situación similar en los casos de reabsorción
alveolar ósea producto de la pérdida de dientes. En todas estas situaciones la
necesidad de volver a contar con el hueso íntegro se vuelve imperativa para
devolverle tanto la estructura como la funcionalidad a la parte afectada del
cuerpo.
Las alternativas para quienes han perdido más de 8 mm de
hueso (entre 5 y 8 mm puede regenerarse sólo) suelen ser costosas y complejas.
Van desde el sustituto de hueso del mismo paciente, pasando por la colocación
de hueso procesado obtenido de personas fallecidas (banco de huesos) hasta el
uso de hueso animal.
Pocas son las líneas de investigación desarrolladas en
Latinoamérica que implican el crecimiento de hueso a partir de técnicas de
ingeniería de tejidos. Sin embargo, en Tucumán un equipo de científicos
desarrolló un nuevo biomaterial que regenera el hueso perdido. La idea de estos
investigadores es que, usando un producto de origen nacional, el biomaterial
sea accesible para los pacientes desde lo económico.
En la Universidad Nacional de Tucumán Liliana Missana y
María Victoria Jammal (docentes de la Facultad de Odontología de la UNT)
desarrollaron un biomaterial que tiene propiedades para regenerar hueso. Este
biomaterial está en trámite de registro en el Instituto Nacional de
Patentamiento Industrial (INPI) y está inscripto con el nombre de Regebone
(rege de regenerar y bone de hueso en inglés). El equipo se completa con la
colaboración de Jorge Juárez (tesista), Nina Pastorino (odontóloga), María
Lilia Romano (técnica) y Viviana Schemberger (odontóloga).
Missana comentó que una de las exigencias de la
Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT)
para aprobar el biomaterial es que se realicen pruebas tanto en animales
pequeños como medianos. El equipo ya realizó pruebas exitosas en la cabeza
(calota) de ratas y en un período de seis semanas consiguió regenerar el 57%
del hueso faltante, aplicando el biomaterial de colágeno y la rhPTH
(Recombinante Humana Paratohormona). Resta realizar pruebas con animales
medianos y por ese motivo, los investigadores de la UNT firmaron un convenio de
cooperación con profesionales de la Universidad Nacional de Rosario, quienes
proveerán de criaderos de conejos para la siguiente etapa.
La científica comentó que están en conversaciones con el
Sistema Provincial de Salud de la Provincia (SIPROSA) para que se realice un
relevamiento en los servicios de odontología y traumatología de los pacientes
que requieren hueso. El objetivo es conocer quiénes darán el consentimiento
legal para probar la nueva técnica, una vez que sea aprobada por la ANMAT.
Por su parte, Victoria Jammal señaló que el gran aporte del
biomaterial es que “es de industria nacional, por lo tanto los costos para
producirlo son menores con la idea de que sea más accesible para la gente en lo
económico. Esto es importante teniendo en cuenta que la mayoría de los
materiales de relleno óseo que se usan en nuestro país son materiales
importados”. Agregó que fue elaborado en el Laboratorio de Patología
Experimental de la Facultad de Odontología de la UNT.
Otra de las ventajas del nuevo material apuntadas por Jammal
son que es maleable, adaptable a cualquier defecto óseo, de fácil manipulación
y que se conserva a temperatura ambiente. También el hecho de ser “ecoamigable”
porque no genera efectos negativos en el ambiente.
“Devolver calidad de vida al paciente”
Missana dio detalles de la investigación que asocia técnicas
de la ingeniería molecular con la ingeniería de tejidos. Describió que se valen
de la mezcla de la proteína recombinante humana (rh), llamada así porque es
externa al cuerpo, con un biomaterial (el colágeno) para diseñar un armazón. El
armazón se coloca en la zona dónde hay ausencia de hueso para estimular su
crecimiento.
Precisó que la Paratohormona, que está presente en todos los
seres vivos y se libera según las necesidades del cuerpo, normalmente está
asociada a la reabsorción, no a la neo formación. Entonces, el aporte más
importante de la investigación es que colocada en una membrana y liberada en
forma intermitente, estimula a las células y a la neo formación ósea.
La doctora estimó que con la nueva técnica “los pacientes
podrán recibir implantes bucales cuando tengan el hueso para recibirlos.
Conseguirán hablar y comer mucho mejor luego de una cirugía reparadora por un
cáncer óseo bucal, es decir, les devolveremos la calidad de vida”, sintetizó.
A- Membrana Regebone estéril
B y C- Colocación del biomaterial en la calota de rata
Missana se desempeña hace 25 años en el área de la
ingeniería de tejidos y cuando realizó su tesis doctoral en la Universidad
Nacional de Okayama (Japón) trabajó con una proteína morfogenética ósea que
combinó con distintos vehículos y uno de esos fue el colágeno, con el cual
obtuvo los mejores resultados. En el país asiático la técnica está patentada y
se usa para múltiples tratamientos.
Al volver a la Argentina, creo un equipo de investigación
que desde hace siete años se concentró en la rhPTH (recombinante Humana
Paratohormona) que se presentaba recientemente en el mercado.
Agregó que el desafío a vencer por su equipo de
investigación es producir un tejido en condiciones de laboratorio y que después
sea aceptado por el organismo. Por ese motivo, Missana explicó que se coloca el
material con una proteína como estimulante en un armazón, que es el colágeno.
“El cuerpo lo acepta, lo coloniza y las mismas células del paciente migran
desde los bordes de los tejidos sobre él, estimulados por la proteína
recombinante humana y así se genera el hueso con la forma que el profesional desee
darle”, puntualizó.
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